Las empresas auríferas que depredan la amazonía no están en cuarentena. Indígenas Leco, en La Paz, denuncian abusos y amenazas de empresarios que explotan oro, y que están provocando destrozos en los bienes de la comunidad y en viviendas particulares
La comunidad Santa Rosa del Carura, afiliada a Pueblos Indígenas Lecos y Comunidades Originarias de Larecaja (PILCOL), en el departamento de La Paz, emitió cartas de denuncia sobre la explotación ilegal que realizan ciudadanos bolivianos y una empresa china en su comunidad.
Los representantes indígenas, hicieron conocer que dos personas, Mario Orihuela y Rocío Luque, en compañía de dos policías, amenazaron con detenciones a los vecinos de la comunidad, el pasado 13 de mayo, en plena cuarentena decretada por la pandemia de COVID-19. Orihuela
Dichas personas, afirma la denuncia, han ingresado con una empresa china, causando conflictos desde 2016 a la comunidad, dañando, el sistema de agua, la cancha, el sistema eléctrico, la capilla y también las viviendas particulares.
A la cabeza de Mario Orihuela y Rocio Luque (Socia de PAL Tolaponte que también tiene problemas con Carura), cosa que afirman ser dueños y tener legalidad de una cuadrícula en el río que tienen toda la documentación para trabajar, cosa que nunca han demostrado físicamente existencia de dicha documentación a motivo sin ver o percatarse que dicha información la policía le da toda la razón sin pruebas beneficiando solo a la otra parte y vulnerando los derecho de los vecinos llamándolos ignorantes
Las vulneraciones contra los territorios indígenas en la amazonía, -quienes no tienen derecho a consulta previa-, cometidas por empresas que trabajan con dragas chinas, de manera ilegal en su mayoría, ha sido ya documentada por investigadores y periodistas, y puestas en cuestionamiento por ser una actividad depredadora que utiliza grandes cantidades de mercurio. El último estudio señala que Bolivia desde hace cinco años se ha convertido “en el segundo país con mayor importación de mercurio en el mundo”, lo que implica que los ríos presenten altos grados de contaminación, poniendo en serio riesgo a las comunidades que habitan estos espacios asolados por la actividad aurífera.
(Foto de portada: Explotación de oro en la amazonía, 2020, Gustavo Jimenez/El Deber)