MURALEADA COLECTIVA
Nos siguen matando y cada vez de maneras más sádicas. Por nuestras muertas, hoy salimos a muralear en memoria de Melvi Alejandra Huaricallo Quispe (23), torturada brutalmente, violada y asesinada por Guido Espinoza, junto a dos cómplices, Marcelo Coronado y Rene Copaja (del negocio “Pollos Chelos”), en una carnicería en Pampahasi (La Paz), el 12 de octubre de 2020.
El feminicida intentó salvarse aduciendo que Melvi había muerto por un aborto espontáneo, cuando el examen forense concluyó que ella falleció por un shock hipovolémico producto de las heridas provocadas por su torturador y feminicida.
Melvi tenía un niño de tres años, ayudaba a su madre en un restaurante y así conoció al asesino, Melvi era como cualquiera de nosotras y la creciente violencia machista se la llevó, de la manera más cruel, del lado de sus seres queridxs. Al casi terminar el mural, un hombre en una moto nos grita: “Gran putas”, mostrando lo medular y cotidiana que es la violencia patriarcal, que les pone inmediatamente del lado del violador. Y, por eso mismo, y con más razón proseguimos pintando el mural hasta terminarlo. Por el contrario, otrxs vecinxs nos ofrecen algo para tomar y algunos materiales para seguir dejando el mensaje en el muro.
Pintamos porque no queremos que se pierda su memoria, para que no se naturalice ninguna violencia, porque la familia pide justicia y está siendo amenazada por ello, porque mientras las grandes narrativas políticas enfocan solo lo que pasa en el estado, a nosotras nos siguen matando.
¡FUE FEMINICIDIO!
¡POR NUESTRAS MUERTAS NI UN MINUTO DE SILENCIO!