RECUENTO TESTIMONIAL
El 20 de agosto de 2020, el Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza (TIDN) emitió una sentencia por ecocidio, contra los gobiernos de Evo Morales, Jeanine Añez, autoridades estatales y el agronegocio, habiendo sido éstos responsables por los mega-incendios que asolaron la amazonía el pasado año, y sus consecuencias. Este es un recuento testimonial de lo que dijeron las comunidades durante la presentación de pruebas en las audiencias, evidenciando la catástrofe vivida en áreas protegidas y territorios indígenas, así como por especies que desaparecieron del planeta. Aún no hay acciones del estado para frenar nuevos incendios, por el contrario el nuevo régimen ha profundizado las medidas pro-agronegocio y deforestación que había aprobado el MAS hasta 2019.
Desde el 17 de agosto de 2020, se realizaron las audiencias del Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza (TIDN), con la presentación de extensos testimonios e investigaciones científicas que fueron analizadas por lxs jueces Nancy Yañez (Chile), Patricia Gualinga (Sarayaku, Ecuador) y Felicio Pontes (Brasil), todxs luchadores por los bienes naturales y pueblos indígenas en Latinoamérica. El caso fue presentado ante el Tribunal en Chile en diciembre de 2019, por la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia, la Organización Indígena Chiquitana, y por la Organización de Mujeres Indígenas Chiquitanas, y fue incluido como parte del caso Amazonía que es más amplio.
Los incendios de 2019 han afectado gravemente a la Casa Grande, todos quienes habitamos y quienes dependemos de los bosques hemos sido afectados de uno y otra manera, la muerte de árboles, animales y el daño a la misma tierra ha ocasionado un daño a la vida. Es nuestra Casa Grande, convivimos entre comunidades, donde producimos nuestro alimento, donde producimos nuestra cultura, nuestra forma de ser y de pensar.
Con estas palabras de Elmar Masay en representación del pueblo chiquitano, comenzó el proceso, sin que se presenten autoridades del gobierno de Añez, ni Añez, ni la presidenta del Senado boliviano Eva Copa (MAS), a pesar de la invitación cursada a dichas autoridades por el Tribunal a principios de agosto de este año.
I. LA PRESENTACIÓN DE PRUEBAS
Bajo fuego…
Los testimonios brindados desde las zonas afectadas, en la fase de presentación de pruebas, como Tucabaca, Otuquis , Ñembi Guasu, y todo el bosque chiquitano, evidencian la gravedad de lo sucedido el 2019 y que corre el riesgo de repetirse este año.
Para Richard Rivas, director de la Unidad de Conservación de Patrimonio Natural y Área Protegida del Tucabaca, (Roboré), las condiciones adversas del 2019, como heladas, sequías y el incremento de la temperatura y la velocidad de los vientos, fueron rematadas por la aparición de nuevos asentamientos y leyes que permitieron y legalizaron quemas, generando las condiciones para la desastre por deflagración de áreas protegidas y territorios indígenas:
…Todo esto fue sumado a una actividad totalmente negligente, una actividad muy, muy irresponsable de parte de varias personas, nuevos asentamientos que existían en la zona y todo lo que le estoy comentando se fue repitiendo en todo lo que es la Chiquitanía a través de medidas gubernamentales que permitían el chaqueo y la quema de las superficies incrementadas para la ampliación de la frontera agrícola
Coincidiendo con este análisis Felipe Castro, Cacique de Tierra y Territorio de la OICH, afirma:
Fueron tres los principales motivos de los incendios, uno, el tema de la sequía y las heladas, el otro es el tema del cambio climático, y el tercer punto es el tema de las normativas que actualmente tenemos y que rigen el tema forestal, han sido los tres pilares fundamentales para que haya sucedido el incendio que hemos tenido el año pasado
La acción u omisión del anterior gobierno respecto a la expansión de nuevos asentamientos en territorios indígenas y áreas protegidas, y la poca acción del régimen de Añez, continúan produciendo divisiones muy graves entre las comunidades de reciente asentamiento y comunidades indígenas las cuales plantean medidas de conservación de las zonas que el año pasado ardieron, porque son parte de su territorio ancestral. Hay un choque evidente entre diferentes formas de uso de suelos y ocupación de espacios que tienen comunidades indígenas y nuevas comunidades, y el crecimiento de éstas últimas se transformó en otro de los factores desencadenantes de las quemas, sin que existan medidas contundentes para frenar este conflicto por parte del estado.
José Ávila, director de Áreas Protegidas del Gobierno Autónomo Indígena Originario Campesino de Charagua Iyambae, (GAIOC), del pueblo Guaraní, explica que como pueblo guaraní, se ha hecho un gran esfuerzo para consolidar su administración indígena, pero, ¿cómo podrá sostenerse el gobierno indígena si es que desaparecen los territorios que lo conforman? El GAIOC tiene 6 áreas protegidas, la última, que fue creada en 2019, y llamada Ñembi Guasu, (“El gran refugio”), es parte de toda una historia de lucha por la gestión territorial, y de relación con un entorno ecológico que está impulsando el pueblo guaraní. Sin embargo, las comunidades han contabilizado más de 70 resoluciones de nuevos asentamientos que no han sido consultados con las comunidades indígenas:
Tristemente hemos podido evidenciar de que continúa el avance de los interculturales [comunidades de reciente creación], a través de los asentamientos, a través de resoluciones emanadas del anterior gobierno, que hoy con tristeza podemos ver la degradación de los bosques y acompañada de quemas y la pérdida de la biodiversidad, se ha podido observar la muerte de ocelotes, la muerte de fauna que están esparcidos por ahí.
Pero la presión sobre territorios indígenas y las quemas que se están produciendo en su interior, tienen que ver también, y de gran manera, con la presencia de empresas que deforestan y que han desarrollado el monocultivo soyero. Arlena Argañaraz de la Organización de Mujeres Indígenas Chiquitanas, explica que mientras las comunidades intentan cuidar su entorno y el medio ambiente, las empresas están expandiéndose, generando contaminación e incrementando el peligro de nuevos incendios:
…pero viene el tema de los monocultivos, las empresas, San Ignacio de Velasco ha sido considerada como una zona ganadera con grandes extensiones de pastizales, están degradando el monte para poder poner pastizales para la ganadería, está empezando también a ser parte de la soya transgénica dentro de nuestro municipio, de los cuales los insecticidas, herbicidas y todos los químicos que van utilizando cuando caen las lluvias van contaminando las comunidades también. Los fuegos precisamente ya están en diferentes propiedades grandes, con extensiones de 20 mil, de 30 mil (hectáreas) extensiones de desmonte, los cuales están empezando a quemar su s cordones, poniendo en riesgo a que las comunidades indígenas puedan ingresarle nuevamente a sus territorios (el fuego), entonces las comunidades no pueden recuperarse por las continuas tragedias.
Territorios indígenas como Monte Verde, Tucabaca, Pantanal, Otuquis, Ñembi Guasu, y otros, ardieron implacablemente y todas las comunidades que vivieron el terror de la catástrofe tienen en la memoria la lucha que hicieron frente a las enormes llamas que acababan con animales y todo el entorno vivo. Una lucha desigual porque por parte del estado, no contaron con apoyo inmediato contra el fuego, el cual, por tanto, fue muy difícil de controlar. En cambio todxs recuerdan que fueron lxs comunarixs quienes, en primera instancia, por días y noches enteros, intentaron apagar las llamas con los poquísimos recursos que disponían, contando luego con apoyo de guardaparques, bomberxs voluntarixs y bomberos forestales profesionales, de los cuales por lo menos murieron cuatro. Finalmente llegó el “supertanker”, avión especializado en apagar incendios con una gran capacidad de carga de agua, sin embargo, la magnitud del fuego había crecido tanto que en muchas zonas no alcanzó su acción para apagarlo.
Richard Rivas: Tuvimos que hacer un combate día y noche, la afectación fue tremenda en los diferentes ecosistemas, nosotros dentro del área protegida teníamos que preservar, era nuestra misión no permitir que el fuego llegar al bosque seco, al bosque alto, porque ahí las condiciones iban a ser extremas de lo que ya se estaba viviendo
Se quemó el refugio de vida silvestre de Tucabaca, señala Rivas, y hubo daños a las microcuencas y nacientes de agua que proveen agua para el municipio de Roboré, también se evidenciaron daños irreversibles en la flora y fauna del lugar que aún no han sido contabilizados, hay especies enteras desaparecidas. Así lo narra también Zoila Zeballos, del Comité de Gestión de Tucabaca:
Aquí ardían vidas, ardían tantos animales que nosotros lo tenemos como si fueran parte de nuestro patrimonio, de nuestra vivencia…
Ardieron todas las plantaciones que afectaron a comunidades de manera grave, al quedarse sin alimento y luego sin agua.
Según doña Herminda de la Organización de Mujeres Chiquitanas:
La afectación realmente Nosotros como mujeres en las comunidades ha sido muy triste, una razón que mujeres, niños y ancianos se quedaban en el hogar. Eran los que tenían ellos que ver cuando primeramente se inició los incendios cuando iban a llegar a algunas comunidades, fueron mujeres, niños y esposos que realmente eran ellos los que estaban primeramente yendo a apagar el fuego, pero sin embargo ellos no eran los suficientes, no tenían los instrumentos necesarios para que ellos pudieran a hacer ese trabajo
Felipe Castro narra la impotencia y la tristeza que sentían al no poder apagar con sus manos el fuego y por el dolor de ver animales escapando del infierno, pidiendo agua, volviéndose “mansitos” como contaban también las mujeres chiquitanas:
Cuando nosotros íbamos dentro de la comunidad apagar el fuego, cuando ingresábamos a un lugar a apagar el fuego, llegábamos al lugar, lográbamos controlar un incendio, y cuando volvíamos ya estaba nuevamente el incendio atrás, porque el bosque estaba bien seco a causa de las heladas. No sabíamos que hacer, los comunarios han agotado todos sus esfuerzos, se ha tenido que evacuar a las familias al área urbana de Concepción, (…) los animales llegaban, uno los podía agarrar a los animales y darles de beber a con una botella de agua, eso era lo más doloroso que hemos vivido dentro de nuestro territorio de Monte Verde
Para Vicente Parabá, cacique de la Organización Indígena Chiquitana, la acción ante el fuego no es inmediata porque no existen recursos y es algo que aún representa una falencia fatal en las comunidades, porque no hay apoyo para guardaparques ni acciones reales para la prevención de los incendios:
…las instituciones gubernamentales de estado, de competencia, no tiene los recursos suficientes para hacer el que inmediato al fuego, no existe esa figura, no tienen el equipamiento, no tiene cisterna, no tienen modo de alimentación, no tienen para combustilble […] y tampoco cuentan con el personal suficiente. Por ejemplo le puedo decir 6 guardaparques no es competencia para tratar apagar un fuego de 1 km de largo con una altura de 10 metros, entonces es inconcebible, no se lo puede hacer, pero sin embargo se está haciendo lo que se puede.
Las consecuencias un año después
Poco después de los incendios y un año luego de haber sucedido éstos, las consecuencias aún son sufridas por comunidades y por lo que quedó de los ecosistemas de los bosques devastados. Arlena Argañaraz de la Organización de Mujeres Indígenas Chiquitanas, menciona que la Autoridad de Bosques y Tierras, (ABT), ha prohibido las quemas sin mucho éxito.
La sequía y consiguiente escasez de agua para consumo humano y animal, afecciones a ojos de agua, lagunas como la denominada Marfil en la zona Chiquitana, han producido a su vez crisis alimentaria y pérdida de especies medicinales, que, precisamente son fundamentales para las comunidades a la hora de afrontar una pandemia como la actual.
No se ha terminado de computarizar las pérdidas que se tiene, a parte de estas problemáticas lo que más está afectando hoy y el tema de la pandemia es el tema de la seguridad alimentaria, con el fuego deshizo los cultivos tradicionales que se tiene, hoy viene la pandemia con más fuerza nuevamente, las familias el tema de los recursos económicos escasean […] hoy estamos precisamente en la época más seca que tenemos dentro de esta región, otra vez los incendios forestales están iniciando [en las sabanas del parque Noel Kemff], estamos nuevamente amenazados, ha sido un año muy seco, se ha iniciado desde temprano la sequía, no hemos tenido muchas lluvias como en otros años, estamos amenazados nuevamente en poder tener nuevamente esta magnitud de incendios que hemos tenido el año pasado
Doña Francisca de la Organización de Mujeres Chiquitanas afirma:
Nuestra naturaleza es nuestra casa grande donde nosotros vivimos los indígenas, y bueno es lo que nosotros respetamos […] y pedimos respeto a empresas grandes que son los que más deforestan la tierra, el monte y es la consecuencia que viene la sequía, donde no tenemos ni agua para poder producir nuestros alimentos y donde la gente viene ya las enfermedades, para los niños, lo ancianos, las consecuencias de los humos, las cenizas que vienen a contaminar la poca agua que tenemos en los atajados,
Felipe Castro: No tenemos agua dentro de nuestras comunidades, nuestros animales hasta incluso la vida silvestre han consumido las aguas contaminadas a causa de las cenizas, vino la lluvia, apagó el fuego y toda la ceniza que estaba en el bosque ha escurrido a los ríos y de ahí los animales han ido a consumir y en gran magnitud se encuentra animales muertos, […], los peces muertos ahí a causa de las cenizas que se han contaminado ellos, algo doloroso
El problema no es menor, porque la sequía se vive ya en otras zonas y nos afectará a todxs, y si bien son producto de los incendios de 2019, también son consecuencia de la deforestación. Apunta Arlena Algarañaz que en San Ignacio de Velasco hay problemas de acceso al agua, porque “todas sus cabeceras están deforestadas por empresarios”, ya que en los últimos años empresarios argentinos, paraguayos y sobre todo brasileños han comprado tierra en el corazón de la Chiquitanía, para producir soya o impulsar la ganadería extensiva, destruyendo bosques que son difíciles de reforestar al tratarse de tierras secas. Las mujeres han sentido de inmediato las consecuencias, al perder la producción agroecológica de la cual se han sustentado por centenas de años: “somos más pocas las comunidades que vamos prevaleciendo todo lo que es la forestación dentro de cada una”
“No hay política que garantice que no vuelva a pasar”
Así continúa Algarañaz su participación en la Audiencia, porque no han visto ninguna acción concreta destinada a impedir los incendios, por parte de ninguna instancia estatal en ningún nivel. De acuerdo al análisis de las autoridades indígenas, el protagonismo mediático del 2019 de los incendios se debió a un contexto político, pero este 2020, a pesar de existir más incendios en relación a los mismos meses del año pasado, éstos no han merecido difusión:
Felipe Castro: actualmente lo tenemos nuevamente [los incendios] pero que no se ha dado el protagonismo como el año pasado, el año pasado creo que se lo ha tomado más por el lado político, porque actualmente tenemos 22% más que el anterior pero no se lo está dando la principal información a los medios
Lo más preocupante es que no existe coordinación con las comunidades, y las normativas que se han emitido no representan soluciones de fondo. Castro continúa: “sacan una normativa que en vez de mejorar o solucionar más bien nos afecta”:
…si la cámara de diputados o el gobierno central haya tenido la voluntad para ver el tema porque hemos mandando una normativa para prevenir estos incendios, haya sido diferente la situación en la que nos encontramos.
Mientras tanto, las áreas protegidas, territorios indígenas, ecosistemas y comunidades continúan en peligro ante la posibilidad de que una chispa, en lo que queda de los bosques secos, inicie un nuevo desastre de gran magnitud.
II. DEBATE Y VEREDICTO
Ecocidio, “normas incendiarias”, agronegocio y todos los tentáculos del monstruo
Se calcula, según el informe presentado por Silvia Gallegos, Vicepresidenta del Colegio de Biólogos de La Paz, durante la exposición de pruebas, que han podido morir calcinados 5 millones de mamíferos en 2019, como una horrorosa consecuencia de los mega-incendios. Los únicos hogares de especies en peligro de extinción como jaguares, o de especies de poca movilidad como anfibios únicos de la Chiquitanía, fueron borrados de la faz del mundo, por la arrogancia y desprecio de los sistemas político y económico basados en el despojo, la muerte y el sufrimiento de miles de especies y de habitantes de las comunidades afectadas.
La Sentencia del TIDN el 20 de agosto de 2020, es muy clara al señalar que los incendios de 2019 en la Chiquitanía, Chaco y Amazonía, fueron un “ecodidio provocado por la política de Estado y el agronegocio”, sindicando como autores y responsables a los gobiernos de Evo Morales, Jeanine Añez, así como a instancias estatales y autoridades de diversos niveles de estado
“En base a estos antecedentes, los demandantes identifican como autores del delito de ecocidio a las autoridades administrativas, legislativas y judiciales, quienes diseñaron la política, aprobaron el paquete legislativo y, ocurridos os incendios, favorecen a las condiciones de impunidad para los perpetradores”
Además, indican como autores a los grupos fácticos representados por los grandes ganaderos, empresarios, agroindustriales, por lo que este Tribunal se ha formado convicción a ese respecto. Por tanto, se concluyen que corresponde la sindicación como autores del delito de ecocidio contra la ecoregión Chiquitanía, Amazonía y Chaco de Bolivia al: Gobierno de Evo Morales 2019, gobierno de Añez 2020 y Gobernación de Santa Cruz y Beni; (a la) autoridad de Ficalización y Control de Bosques y Tierra (ABT), Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), y otras; (a la) Asamblea Legislativa Bancadas del oficialismo y la oposición; (a la) Fiscalía, Poder Judicial y Tribunal Agroambiental; (y al) extractivismo agroganadero y de soya transgénica para la exportación”, dictan en la sentencia.
La sentencia llama a abrogar el paquete de “normas incendiarias”, y la elaboración y ejecución de medidas de restauración integral y reparación de todas las áreas afectadas, exigiendo además que se prohíban todas las condiciones, como los nuevos asentamientos, que dieron paso a los incendios que asolaron la Chiquitanía y otras áreas protegidas en el país.
Sin embargo, todas las medidas adoptadas por el régimen de Añez, nos muestran que no solo no existe la predisposición de parte de las nuevas autoridades, por anular leyes y las condiciones que propiciaron los incendios, sino que, por el contrario, abogan por continuar y profundizar lo hecho por el gobierno del MAS, a través de medidas que permiten la evaluación de semillas transgénicas, apoyo económico al agronegocio, y la inclusión de un representante directo de éste, Branko Marinkovic, en el poder ejecutivo.
Quizá nunca sepamos con exactitud lo que perdimos no solo en los incendios, sino en todos los largos años en que se ha permitido deforestación, chaqueos ilegales, caza y pesca furtivos, contaminación minera, petrolera, agresión impune a comunidades, y tantas otras formas del despojo, pero sí es claro que el camino que queda es el de la lucha articulada por la vida, la salud, la relación respetuosa con los entornos y ciclos de bosques, selvas y ecosistemas que perviven aún a pesar de la devastación.
#EstadoEcocida!!!
#TenemosMemoria #SinPartidos
(Foto de Portada: de la transmisión en directo del fallo del TIDN)