Mediante un pronunciamiento público, las organizaciones que forman parte de la Plataforma Bolivia Libre de Transgénicos, y otras como la Coordinadora Nacional Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinas y Áreas Protegidas, (CONTIOCAP), rechazan de manera categórica la resolución de la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos Productores Agropecuarios de las Cuatro Provincias del Norte de Santa Cruz (FSUTCPA), del 25 de enero de este año, que resolvió impulsar el uso de semillas transgénicas “de Soya, maíz, algodón, arroz, caña de azúcar y otros cultivos propios de la región”; y la creación de un “Comité Nacional de Bioseguridad” que sea encargado de la regulación institucional del uso de dichas semillas.
Ante esto, organizaciones nacionales e internacionales que promueven la protección de las semillas nativas, la agroecología y la soberanía alimentaria, expresan su rechazo a la Resolución de la Federación Campesina, -la cual habría sido emitida en el marco de una reunión que promovió el Instituto Boliviano de Comercio Exterior, (IBCE)-, por ser atentatoria a la salud alimentaria de toda la población. Las exigencias de la Federación, señala el Pronunciamiento, expresan la subordinación a intereses del agronegocio y transnacionales, y desconocen que, de hecho, el uso de semillas transgénicas de soya ha provocado ya un drástico aumento del uso de agrotóxicos y contaminación, entre otros efectos nocivos.
Varios hechos preocupantes son puntualizados en el Pronunciamiento de la Plataforma: la solicitud del uso de semillas transgénicas de maíz, algodón, arroz y caña de azúcar, pone en riesgo inminente a las 77 razas de maíz nativo; anuncia posibles graves impactos que ya han tenido en otros países respecto al cultivo de algodón transgénico; y coloca a los consumidores y pequeño productores en peligro.
Las exigencias de la Federación de Campesinos, son contradictorias porque piden el ingreso de estas semillas transgénicas, supuestamente enmarcadas en un respeto a la Nueva Constitución Política del Estado y la Ley de la Madre Tierra, pero estas normativas prohíben el ingreso de semillas transgénicas.
Una parte de los productores que solicitan el uso de transgénicos son campesinos, como se lee en la Resolución, y están en consonancia con el pedido de productores más grandes, los cuales son protagonistas centrales y poderosos de la expansión del monocultivo de la soya, y de lo que el investigador Ben McKay denomina “extractivismo agrario”. Estos sectores han justificado sus peticiones alegando que existe una situación climática adversa, y que han reportado pérdidas por la sequía.
Ante la gravedad que reviste esta Resolución, se convoca a la población a estar alertas sobre lo que pueda decidir una comisión conformada por la Federación de Campesinos y representantes de gobierno, que discutirá este 9 de febrero los pedidos de las provincias del norte de Santa Cruz.
Pronunciamiento Público de la Plataforma Bolivia Libre de Transgénicos, apoyada por varias organizaciones