El martes 17 de julio de 2018 se reunieron en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, mujeres diferentes, auto convocadas por las vivencias y acompañamiento a las luchas que resisten a los proyectos extractivos en Bolivia.
La expectativa y la afluencia al foro hicieron visible que hablar entre mujeres, sobre lo que suscita en diversos territorios del país, es una necesidad. Las diferentes experiencias permitieron también, identificar las complejidades diversas que afrontan las mujeres que resisten en contra a los proyectos extractivos. Entre ellas se encuentran mujeres indígenas, campesinas, activistas, feministas, en general de diversos lugares en el territorio nacional.
Las mujeres hablaron de la resistencia en la Amazonia (Hidroeléctrica Chepete y Bala), Chaco y Valles cruceños (Resistencias a la Hidroeléctrica Rositas), el Sur boliviano (Tariquía) y el caso andino con las consecuencias del extractivismo minero.
Entre las vivencias compartidas en el Foro se identificaron algunos elementos comunes:
1.- La imposición de proyectos extractivos es correlativa a la vulneración de derechos humanos individuales y colectivos como la participación política, el derecho a la consulta previa, el acoso político, ente otros.
2.- Algunas experiencias relataron, que en territorios donde se imponen los proyectos extractivos, las mujeres son despojadas de la Participación Política orgánica, los liderazgos masculinos son los que toman las decisiones, por lo que se generan otros espacios y formas de alianzas (entre mujeres) que les permiten disputar los espacios de toma de decisiones desde una participación distinta y no desde las tradicionales estructuras verticales.
3.- La defensa de los territorios por parte de las mujeres es generada a través de nuevas formas de tejer y vincular. Las consignas desde las mujeres son generadas por la defensa de la vida en sus comunidades y territorios.
4.-Los cuestionamientos que emergen desde las mujeres, desde lo privado a lo público, es acompañado por sentimientos de miedo, humillación, incertidumbre, entre otros. El despojo, del mismo modo, no ocurre al concretarse el proyecto extractivista, sino cuando las mujeres deben abandonar sus espacios comunes; familiares. Es decir ocurre antes, y las incertidumbres generan migraciones campo – ciudad
5.- Las alianzas entre la diversidad de mujeres debe reconocerse en la diferencia, además debatir sobre los distintos mecanismos legales, políticos, económicos y otros para generar fuerza en las luchas.
6.- Las luchas que han encarado las mujeres están siendo sutilmente invisibilizadas por los distintos actores políticos, es necesario generar espacios para hablar de estas alianzas y luchas, no solo para reconocer que existen sino también para informar y generar espacios de diálogo con las mujeres desde los distintos territorios.
El foro fue un intento de abrir un dialogo que demuestra la necesidad de seguir discutiendo en esos términos con las voces de las mujeres como centro.
Nota elaborada por: Mujeres, territorio y resistencias.