Este 12 de agosto la ciudad de Cochabamba vivió una nueva jornada de amplia movilización. Además de los bloqueos radicalizados, trabajadorxs de EMSA se instalaron en protesta en la plaza principal pidiendo la restitución de sus autoridades destituidas por intereses políticos, la manifestación fue reprimida por la policía que no dudó en gasificarla a tempranas horas de la mañana.
Mientras tanto, ya a media mañana, una marcha de la Zona Sur recorrió la ciudad rumbo a la plaza principal para presionar por las demandas populares que mantienen a la población en las calles.
En paralelo, mujeres feministas organizadas autónomamente, ante la violencia patriarcal y fascista que ejerce el grupo parapolicial Resistencia Juvenil Cochala (RJC), tomaron las calles y se manifestaron en una marcha. Queremos compartirles una crónica que tejimos sobre esta movilización, realizada a varias voces y manos.
Queremos sintonizarnos, escucharnos, sentirnos, y sabernos presentes en esta vorágine de cuestionamientos y coraje, y lxs convocamos a ser parte ello!
CRÓNICA 1:
CRÓNICA 2:
CRÓNICA 3:
Palabras acerca de porque tomar la calle ✊🏾
En tiempos donde el miedo se ha vuelto la nueva forma de control, y en toda sus dimensiones se va normalizando, atravesar el miedo, desde nuestros diversos ires y venires, atravesarlo juntas!! Hemos salido a marchar en contra de la RJC, no éramos muchas, pero la fuerza y el coraje estaban presentes! Nos hemos acompañado entre tambores, cantos, gritos de rabia flores de todos los colores y reinvindicando el derecho a la protesta, a salir a decir lo que está adentro, a salir en medio de este encierro que pretende controlarnos y separarnos.
Algunas consignas han sido “Juicio penal para los motoqueros”, “ no son dueños de la ciudad, el fascismo no pasará”, “ Jallalla las mujeres organizadas”, “Wañuchun fascismo, wañuchun racismo”, “RJC sicarios del gobierno”.
Mucha gente al pasar aplaudía o bocineaba, en apoyo. Se notaba en las calles que también existe una indignación colectiva por la existencia de este grupo que amedrenta y se pasea por la calles con la prepotencia propia del patriarcado. También muchas otras, desde sus autos lanzaban insultos, nuestra presencia incomoda. Decir lo que no se dice, incomoda.
En el camino se han sumado compañeras que se han sentido llamadas. En la plazuela Cala Cala, confirmamos lo que pensamos de ellos. Cual dueños de la plaza vinieron hacia nosotras que estábamos en el centro de la plaza mientras una compañera leía el manifiesto. Completamente violentos, agresivos, machos como son, intentaron interrumpirnos, provocarnos, les respondimos que “no tenemos miedo carajo”. Los acuerdos de seguridad fueron que les daremos la espalda a sus agresiones, y así paso. El centro de la plazuela se llenó de flores, de carteles con fotografías de ellos, de consignas.
Inmediatamente aparecieron más. Su ego les ha dolido yo creo. Obviamente, al ver que eramos mayoritariamente mujeres, y como la visión retrograda del machismo es “no pelear con mujeres” (en público, obviamente), se dedicaron a insultar, e intentar distraer nuestra movida. No lo lograron. Al salir de la plaza, ellos entraron al centro a romper todo lo que habíamos dejado. Seguro ni leyeron las consignas. No importa, porque las hemos gritado. Sacaron la Whipala que la pusimos juntos a la tricolor, la devolvieron a una compañera y nos tiraron las flores rotas, los papeles rotos, nos lanzaron toda su evidente inmadurez intentando humillarnos. No podían. Estábamos juntas. Estábamos atravesando esa situación entre nosotras las mujeres. Nosotras que salimos a decir lo que atraviesa la garganta cuando nadie más lo hace, porque en Cochabamba estamos hartxs de la existencia de estos tipos.
Días antes de la marcha yo pasaba constantemente por la Cala Cala, para verlos, para saber que dicen, para saber que hacen. No se puede entrar a escucharlos, se mantienen en su grupo cerrado de poder. Pero si se puede hablar con las personas que están ahí, las compañeras que tienen sus puestos, o la gente de a pie… Y con todas las personas que hablé compartíamos una profunda indignación y hastío de tener que soportar sus petardos, y tener que disimular la rabia, porque sí, también compartimos miedo. Porque son muchos. Por que están armados, porque intimidan, porque son fascistas, porque son racistas, porque son MACHOS. Por eso, salir a gritar el miedo que atraviesa la garganta, es un acto poderoso, es hacerles saber que no todxs lxs apoyan, que el fascismo no pasará. Que solo contaminan más aun esta ciudad que bastante contaminada de aire y mente está. Que no les vamos a aplaudir, que no les vamos a aguantar. Que no les queremos y que se vayan! Wañuchun motoqueros carajo!
Después de haber tenido que tragarme la rabia y mirar de lejos como las calles vuelven a ser tomadas por la RJC, sentir cómo la irracionalidad de un racismo podrido y profundo sigue siendo parte del día a día.
Estas son algunas de las voces desde la calle de quienes se autoconvocaron, no solamente para repudiar abiertamente a este grupo criminal, sino también para expresar su solidaridad con los sectores indígenas, campesinos y obreros, que han sido los principales objetivos de la violencia fascista de la RJC y de los demás grupos de civiles armados que vienen articulándose y resurgiendo en las ciudades.
Para cerrar la manifestación, más no la movilización de mujeres feministas que más bien se fortalece día a día, las compañeras leyeron el manifiesto:
No nos sorprende que la respuesta de la RJC ante esta demostración de disidencia colectiva hayan sido la agresión, el intento de amedrentamiento y la violencia, porque entendemos que es su forma miope de existir el mundo. Queremos denunciar y compartir este audio sobre cómo este grupo parapolicial y fascista reaccionó ante la manifestación que narramos:
Aún más evidente, en el siguiente video se muestra el doble discurso que usa la RJC en sus comunicados, su hipocresía al llenarse la boca de palabras como derechos humanos y respecto a las mujeres, y la medida en que quienes lo componen son personas peligrosas con historiales de violencia. La historia y la memoria colectiva no van a pasar por alto que grupos parapoliciales como estos están actuando impunemente en nuestras calles. Exigimos su desarticulación ya!
Para profundizar el socapamiento a la RJC y la tergiversación de las voces en lucha, el periódico Los Tiempos de Cochabamba mal informó respecto de la jornada de hoy, arguyendo que se trataba de una marcha de instituciones en contra de los feminicidios. Denunciamos, igualmente, la complicidad de los medios de paga que aminoran el actuar de la RJC.
Para ir crrando esta crónica y reportaje a varias voces, aquí les dejamos unos videos para festejar la rebeldía de las mujeres, para inspirar mayor organización colectiva, y para que la rabia se convierta en libertad.
Estamos hartas! no pasarán! Tanto las calles como y la rabia son compartidas con lxs de abajo!