El pueblo Bia Mbyá, (Yuqui), fue uno de los últimos pueblos amazónicos en ser contactado. La ocupación de su territorio por parte de madereras y colonos a mediados del siglo pasado, marcó su historia. Desde entonces, en los últimos 50 años, experimentaron la imposición de una vida sedentaria, donde fue común entre ellxs la aparición de diversas enfermedades, sobre todo respiratorias. Actualmente su comunidad Bia Recuaté, en el trópico de Cochabamba, es una de las zonas de contagio de COVID-19. Pese a su resguardo desde el inicio de la cuarentena, este pueblo considerado altamente vulnerable, tiene ya 4 casos confirmados, situación agravada por las afecciones de base que padecen: tuberculosis, micosis pulmonar, anemia, desnutrición, entre las principales. Las autoridades Yuqui han pedido la solidaridad de todxs y exigen acciones al estado boliviano.
El pueblo Bia Mbyá, (Yuqui), era considerado un pueblo guerrero e itinerante, cazador y recolector por excelencia, vivía entre territorio de los actuales departamentos de Santa Cruz y Cochabamba, resistiendo, según narran, los distintos procesos de colonización. Es probablemente, el último pueblo (para la región Amazónica Boliviana) en ser contactado y obligado a iniciar un proceso de sedentarización. Desde los años 50 del siglo XX, al ser ocupado su territorio por colonos y luego empresas madereras se registraron enfrentamientos violentos. A fines del siglo XX, la “Misión Nuevas Tribus”[1], estableció contacto en 1967, 1986 y 1989 de manera muy polémica y denunciada en años posteriores, en un contexto de expansión de población colona en las zonas donde vivían las comunidades Bia Mbyá (PDF) y enfrentamientos que habían producido la muerte de muchos Yuqui.
Como resultado de estos contactos, el pueblo Yuqui se asentó en Bia Recuaté y perdió una gran parte de su antiguo territorio, en estas circunstancias, participaron de la Primera Marcha Indígena en 1990, por lo que el 9 de abril de 1992 fue reconocida la TCO Yuqui Bia Recuaté CIRI, ubicada en la provincia Carrasco del departamento de Cochabamba (secciones municipales Puerto Villarroel y Chimoré), proceso que concluyó en 2002, siendo considerado como “el más vulnerable de todos los Pueblos Indígenas Altamente Vulnerables”. A esto se suma la certeza que tienen varios comunarios Yuquis sobre la presencia de no contactados de su pueblo, en parte del área forestal de su territorio.
En 1992 se fundó el Concejo Bia – Yuqui, que es parte de la CPITCO (PDF). El Consejo Indígena Yuqui, organización del pueblo Yuqui, no tiene una estructura similar a la de los sindicatos campesinos que les rodean y que son mayoría en la región, lo que dificultaba que tuviesen una participación en instancias de representación política donde se gestiona también la atención estatal sobre temas como el de la salud. El cerco a lxs Bia Mbyá implica, además, que carezcan de servicios de agua potable y electricidad; y si bien tenían una posta de salud ésta se hallaba deteriorada, según informe de la OPS el 2012 [2].
El pueblo Bia Yuqui estuvo en la Octava Marcha Indígena de 2011 defendiendo una vez más el derecho al territorio, como parte de la CPITCO.
El proceso de colonización y establecimiento de madereras, ha significado la ruptura de los tejidos comunitarios y la ocupación de los territorios donde podían trasladarse de manera itinerante, lo que generó condiciones para que lxs Yuquis padezcan enfermedades.
En diciembre de 2014, un grupo de personas dejaron Bia Recuaté hacia Santa Cruz en búsqueda de ayuda: estaban enfermando de tuberculosis, pero no eran los primeros casos, ni los únicos. Se ha establecido que el pueblo Yuqui tiene una alta tasa de enfermos de tuberculosis, micosis pulmonar, (Infecciones Respiratorias Agudas, IRAs), afecciones gastrointestinales, anemia y desnutrición, lo que el 2009 ya había provocado la muerte de varias personas. Esto también tendría relación con el cambio de sus formas de vida, y por tanto de la calidad de alimentación, porque han dejado de consumir miel, frutos y raíces, lo que habría propiciando la baja de sus defensas.
En medio de esta situación, la posta de salud no tenía los elementos necesarios para atender a la población, pero tampoco para realizar el seguimiento de casos necesarios, empeorando la situación de las 340 personas que conforman la población Yuqui, de acuerdo a datos actualizados desde 2010.
Con este sistema de salud reducido, este 2020 se reportaron los primeros casos de contagio de COVID-19 en Bia Recuaté, con cuatro casos confirmados.
Según Ely Linares, miembro del apoyo técnico del Consejo Yuqui, en Bia Recuaté se cumplió la cuarentena a pesar de lo que implicaba para las familias:
Desde el inicio de la cuarentena los hermanos Yuqui se resguardaron en las dos comunidades lo que fue complejo porque no se tenía recursos para mantener a la gente sin salir al pueblo. Hicimos muchas gestiones para conseguir apoyo y se logró víveres de la Defensoría del Pueblo, del municipio, y de la gobernación. La distribución de alimentos fue muy bien organizada para que la gente tenga condiciones. El puesto de salud está funcionando con dos médicos y una enfermera que se turnan para no dejar sin médico la comunidad. Pero a la fecha, se han agotado los víveres porque son aproximadamente 340 personas, uno de los médicos tiene COVID-19 y está aislado, la enfermera está con síntomas y el médico está allá pero con limitaciones. Se cuenta con medicamentos que provee el municipio pero no son suficientes para la cantidad de afectados por los síntomas.
Abel Yaira Guaguasu, representante de la comunidad, narró que personas ajenas habrían podido llevar el contagio al ingresar al territorio para cazar o pescar, y pidió ayuda a la población en general para poder atender a los enfermos, con una profunda preocupación por la posibilidad de más contagios en personas que ya tienen enfermedades de base graves como la tuberculosis.
Continúa Linares:
Se tiene varios casos de personas que han tenido tuberculosis y eso deja secuelas como la fibrosis que hace que tengan insuficiencia respiratoria, también hay varios casos de desnutrición y anemia. Entonces hay un riesgo alto de resultados fatales. Lo que preocupa, es que en comunidades como el pueblo Yuqui donde todos son familia, hay mucho relacionamiento, por tanto los contactos de estos casos son casi toda la comunidad y considerando sus enfermedades de base y su sistema inmunodeprimido, pensamos que se debería hacer un esfuerzo para hacer la prueba a toda la comunidad. Lo que permitiría que se trabaje un plan de contingencia para atender a los positivos, y cuidar que los negativos no se contagien. Eso requerirá apoyo de las autoridades, ya que sabemos que las pruebas son escasas.
Actualmente 4 comunarios y 2 doctores dentro el Territorio Yuqui representan el total los casos de contagio de COVID-19, en el contexto de la preocupante expansión de la pandemia en el trópico cochabambino. El pueblo Yuqui pide encapsularse llamando a la solidaridad para gestionar esta medida, a la par que las comunidades del trópico se ven rebasadas por la enfermedad, sin políticas públicas de contención, y mientras la estrategia del mal gobierno únicamente asume rastrillajes, represión y aislamiento para esta región, sin tomar en cuenta lo que está sucediendo en Bia Recuaté.
Es nefasta la historia del cercamiento y despojo a comunidades, y de todo lo que implica este proceso dentro de las mismas comunidades y familias. La pandemia que amenaza nuevamente a lxs Bia Mbya, nos muestra lo que implica vivir siempre en el umbral de la amenaza, de la expulsión y finalmente de la “extinción”. La solidaridad que se convoca en voz de las autoridades Bia Yuqui, es de pueblo a pueblo, porque Bia Recuaté está en peligro inminente nuevamente, y es esta no es sino otra forma de la lucha por la vida, como la que los pueblos indígenas de tierras bajas han sostenido desde hace centenas de años.
¡SALUD DIGNA E INTEGRAL PARA TODXS!
* Cherasi es la palabra Yuki para designar el malestar de salud o enfermedad ligada también a un estado de ánimo. Su antagónico seria Cherasiam, aplicado a la salud y el bienestar.
Lo más importante para un Yuqui es su familia, su grupo familiar, es su fortaleza y si no pueden estar juntos… es lo más duro. Recién la señora que estaba diagnosticada no quiso salir a un hospital si no era con marido e hijo, por lo tanto, no salió. Es muy duro porque son practicas a las que te aferras, como cuando estás en el pueblo en grupo, aunque hablen mal de ti… cierto.
— Ely Linares
(Foto de portada: del proyecto de Estatuto Autonómico de la Nación Bia Yuqui)
Notas:
[1] Secta estadounidense fundamentalista, llegó a Bolivia en 1942, relacionándose con Araonas, Esse Ejjas, Tsimanes, Ayoreos y Yuquis. En 1986 salieron a la luz denuncias contra ellos por agresiones y violencia ejercida sobre familias Yuqui.
[2] Pueden revisar la investigación elaborada por Ely Linares: Cherasiam, visión Yuqui de bienestar, presentado en 2012.