La Marcha:
La escuela
Y es que hay marchas….y hay marchas….
Hay de las que duran un día y de las que son meses. Hay las multitudinarias y las simbólicas; las citadinas y las que atraviesan pampas y montañas; las fúnebres y las de teas; las que van a una guerra y las que son fiesta; las pacíficas y las explosivas. Cada una diferente; con distintos grados de enojo, y bajo diversas formas de gestion organización. Todas, a la vez, evidenciando, a su manera, que emprender una marcha es un camino sin retorno al punto de partida, que en el camino se hace el andar, que el cuerpo es la trinchera, que la comunidad está en lo cotidiano y que lo histórico se hace con movimiento.
El marchar implica un alto grado de organización, es un momento de conciencia, de pensarse las fuerzas; de conocer los límites y capacidades desde lo individual, desde lo colectivo, porque es donde se acrecienta y alimenta el dialogo entre iguales y distintos. Es el momento fundacional de una trama histórica perpetuada en la memoria colectiva, desde la comunidad que las hereda, las renueva y las recrea, es un “hito”.
Es un mecanismo heredado de presión social, para exigir, para negociar1. Una practica de visibilización y denuncia, ante el poder, ante la sociedad urbana y mediatizada, que sigue ejerciendo el lugar de decisión en los escenarios políticos y sociales oficiales del país.
Es el momento espejo con las lógicas de dominación y seducción que el poder ostenta. A la marcha la hace una pugna de fuerzas, entre el proceso de organización comunitaria-interna, y el diálogo con el poder- externo.
La marcha es una escuela política, en tanto se funda en la organización de lo cotidiano, en la resolución de lo imprescindible, en la gestión colectiva de la reproducción de la supervivencia inmediata; en tanto politiza la mente y el cuerpo en cada espacio de conversación y silencio de los largos momentos- movimientos del andar; que concientiza y recrea una identidad de pertenencia y comunidad, que genera un discurso político, que reconoce a lxs aliados e identifica a lxs enemigos.
Hace dos años aproximadamente, bordeando al amanecer del 24 de abril, se terminaban de congregar en la comunidad de San José (dentro la Reserva de Tariquía, a unos 300 km de la capital del Tarija), los representantes de las 12 comunidades designadas, que habían determinado emprender la “Gran Marcha: Paso a Paso por la dignidad. Tariquía de pie nunca de Rodillas” en rechazo a la exploración y explotación petrolera, que afecta más del 50 por ciento del área de la Reserva.
Fueron cuatro duras jornadas de marcha, con frío azotador, viento violento, sueño en la intemperie, 12 horas de caminata con brevísimos descansos por día y poco alimento. En asambleas previas, se había determinado que no podrían engrosar las filas ni ancianxs, ni niñxs, ni mujeres embarazadas, ni personas con dificultades físicas. Lxs niñxs fueron en una ambulancia que acompañó el trayecto.
“La marcha ha sido abrir una puerta más, hacer conocer la decisión como tariquiyeños ya que se conocía solo la opinión de ellos. Tariquía ha aceptado decían ellos, Tariquía está de acuerdo, pero el hecho de salir en la marcha, hemos demostrado que no es así como ellos dicen, esto es la verdad, esto es lo que queremos, no queremos la entrada a las petroleras, queremos que haya desarrollo, sin imponer normas de ellos allá, desarrollo que se nos ha negado por años y años y años” Cecilia, comunaria de Tariquía.
Era de consciencia popular que el estado y el capital no bajarían a negociar sus tratados con aquellxs campesinxs que estaban agrietando la organización sindical, base estructural de la obediencia que los hace posibles. Que peor aún, ponian en tela de juicio los procedimientos de sus auspiciadores y grandes aliadas, las transnacionales petroleras como PETROBRAS, SHELL.
“La situación jurídica en Bolivia ha venido mejorando, y seguro que va seguir mejorando también, sin lugar a duda de que esta seguridad jurídica que está presente, está acompañada de una excelente relación que existe con el gobierno, con los ministros, el poder tener esa parceria, de tal manera de que las inversiones que nosotros hacemos las sentimos que están seguras”
Maarten Wetselaar – Vicepresidente de Gas Integrado de Shell
La regeneración
Con “misteriosos” cambios de posicionamientos de todas sus dirigencias y autoridades, las comunidades campesinas de Tariquía encabezada por las mujeres, fecundaron en lo que sería un acto mágico regenerativo organizacional: el “Comité de Defensa de Tariquía”. Bajo este nuevo paraguas comunal y con la premisa que “lo orgánico es de abajo hacia arriba”la movilización que ya había empezado un par de años atrás, salía para no detenerse más en su rotunda negativa a la explotación petrolera, con su firme argumento que los daños no solo ambientales sino sociales que ocasionan las actividades petroleras son irreversibles, así lo confirmaron las mujeres en su visita a campamentos petroleros abandonados en territorios guaraní dentro de la Reserva Nacional Aguaragüe en Villamontes, Carapari y Yacuiba
Y aquí, las comunidades de Tariquía, generaron un momento fundacional de su memoria viva histórica. Cuestionando su estructura sindical, inventando y construyendo una nueva, engendrando por primera vez una movilización de estas magnitudes en el seno de sí mismos, saliendo en marcha como nunca antes, y configurando (y esto para un espectro social más amplio, y novedoso, al menos para el caso boliviano) un nuevo sujeto social que lucha frente al extractivismo: el mundo campesino.
Las alianzas
“Ellos han entrado a informar de que hay posiblemente hidrocarburos, gas, petróleo, en nuestro territorio y los beneficios que iban a haber para nuestras comunidades. Pero ellos han hecho una breve información de las actividades de lo que se van a realizar, de lo inofensivo que era, que no iba a haber contaminación que no iba a pasar nada, q solo iban a entrar por las orillas. Esas cosas se han informado y se han hecho firmar papel. Con ese papel han salido, han dicho ya tenemos todo aprobado, las comunidades han aceptado, se han basao en eso, una vez que hemos tenido información de la verdadera realidad que íbamos a enfrentar, las comunidades hemos hecho un Voto Resolutivo rechazando todo lo que vendría a ser los hidrocarburos, pero ya no se han escuchado los votos resolutivos, era como ignorar, se ha hecho uno tras otro, Votos Resolutivos uno a nivel central de provincias, otro a nivel de todas la comunidades campesinas que estaban dentro y fuera del área, rechazando la exploración, pero no hemos sido escuchandos, a raíz de eso se realiza la marcha” Cecilia
Al amanecer del cuarto día de marcha, con las ampollas aun sangrantes y con los ánimos “para jugar un partido de futbol”, como diría don Felicindo, ya se habían despachado cartas a las diferentes y diversas organizaciones e instituciones con las que pretendía reuniones una vez llegadxs a la ciudad de Tarija. En la larga lista, figuraban desde sus organizaciones sindicales matrices, hasta las autoridades gubernamentales y municipales, entras estas las del SERNAP, la universidad, los colegios de abogados, de médicos, de profesionales y periodistas, comités cívicos, defensoría del pueblo, asamblea permanente de derechos humanos, medios de comunicación, y varios otros más.
Pero una vez llegada las 2 de la tarde, ya con la marcha en la ciudad deTarija, empezarón a evidenciarse las ausencias, pese a que todas las cartas acusaban firma de recibido, los firmantes fueron los que llegaron llegaron a la cita de los marchistas.
Con la conciencia que la información ofrecida por las empresas y el estado, estaba totalmente manipulada y direccionada, se pretendía discutir la version de los “estudios” parcializados que rezan que la explotación petrolera no lastima, no destruye, no enferma, no mata y para peor está legalmente protegida; con investigaciones consistentes, justificadas e “imparciales”, que sostengan “científicamente” la intuición y el testimonio (que llega de otras comunidades sobrevivientes de esta misma realidad). Por eso se había invitado al colegios de médicos, abogados, profesionales y la universidad, para que en sus diversas ramas de disciplinamiento puedan aportar conocimiento y discurso, puedan ayudar a responder a todas las preguntas que surgen cuando se habla de exploración “magnetotelúrica”, sísmica 2d, fracking o hidroeléctrica. Para responderse ellxs mismxs, para contraponer una verdad organizada. La oportunidad de resarcir la violación al derecho a la consulta previa libre e informada al territorio campesino Tariquía, que le dio el Comité de Defensa de Tariquía al estado, estaba extendida. La marcha con la esperanza a cuestas esperaba, un diálogo abierto y publico con Luis Arce Catacora, Ministro de Hidrocarburos y con el mismísimo Evo Morales Ayma, como cabezas que toman decisiones estratégicas dentro del Gobierno. Ni éstos, menos aún los Alcaldes de Padcaya, Tarija y el Gobernador de esta ciudad se hicieron presentes para garantizar la protección de Tariquía frente a las intenciones ambiciosas del Estado Plurinacional.
Lo que subyacia en esta convocatoria, era una estrategia creativa, alternativa y genuina de organización al despojo extractivo. Se estaba buscando dialogar y trabajar de manera directa con la sociedad civil. Se estaban buscando nuevas formas de información y conocimiento, más allá de la mentira estatal y del paternalismo oenegero.
Sin embargo estas aguas no encauzaron su fin, y las reuniones con algunas autoridades en su mayoría, técnicos gubernamentales con poco o nada de influencia en la toma de decisiones, que iban llegando de gota en gota, dilatándose en espera y agotando a los marchistas, no representaron resultados concretos a las demandas.
Las alianzas llegarían después, (pero no con la sociedad civil institucionalizada). Pese al trago amargo del desplante. Las marchistas desde entonces, convertidas luego (muchas de ellas) en dirigentes de su subcentral campesina, continuarían el andar expandiendo la voz que no calla y extendiendo las rodillas que no claudican.
El retorno
“Disculpen me acaban de informar que el vicepresidente esta en plaza principal presentando un libro, esta con don Quintana, pienso que podemos ir o mandar una comisión” (Marchista)
Es la noche del quinto día de movilización. Tras la dura caminada de los cuatro primeros, de los exhaustivos y fallidos intentos de negociación y diálogo con autoridades asi como con la sociedad civil, en los dos siguientes de frío en el cuerpo, de soberbia y mentira de los poderosos, de sándwich de mortadela con karpil o café dulce en estómagos resentidos, de ampollas y makurka que recuerdan que el cuerpo siente, que el cuerpo duele, que la lucha agota. Parece ser el último de los recursos, para que esta marcha se devuelva con algo concreto.
Durante estos días desfilaron cartas de disculpas por ausencias, representantes incompetentes, oportunistas o autoridades locales que aparte de mentir firmaron acuerdos aparentes respecto a los otros puntos, y se pasaron la responsabilidad de unos tras a otros. Era sabido que no vendrían los grandes responsables, que ni el gobierno ni las petroleras dialogarían con esta movilización sino fuese además de la difamación. Pero claro, están para presentar un libro, en plena plaza principal, codeándose con la rancia elite tarijeña.
Pero Tariquía ha llegado a Tarija con otro mensaje subterráneo, que ellos existen, que están organizados, que no quieren que entren las petroleras, que su voz sea escuchada, que retumbe su autodeterminación, que se haga grito, que se haga marcha, que se haga pueblo movilizado contr que se hagan alianzas. Han llegado en busca de apoyo, oídos y con ellos voces que se sumen a demandar que la vida no se compra con papel monetario, a llamar a la conciencia para que un pueblo chapaco dormido y adormecido por décadas de saqueo petrolero, despierte y grite aquello que solo dicen en susurros “tantos años de explotación y aquí no hay nada, miles de números en reportes económicos, mientras el hambre, el cáncer y otros males se ventilan como pestes ahogadas en petroleros”. Por eso han venido a llamar a la solidaridad, a abrir mas información junto con ella dialogo y comunicación.
Ha de ser por eso que al final, después de una breve divergencia interna, han decidido continuar con la asamblea de evaluación, con el retorno hacia adentro. Que el andar es largo, que es la primera movilización, que la resistencia viene desde más atrás y que permanece infatigable hasta hoy.