
Por: Mujeres, territorios y resistencias*
Escribir con indignación.
“Que ENDE del BENI maneje éste concepto de la palabra Amazonas/Amazonia en este sentido solo refleja el más brutal machismo que además es promovido desde los más altos niveles del gobierno, de cosificar y “explotar” todo aquello que tiene capacidad de dar vida. Por ejemplo nuestra naturaleza, si equiparamos a la Madre Tierra con el cuerpo de una mujer que da vida, es degradada a través de esta publicidad de la forma más morbosa, pero esto está muy en concordancia con el discurso del gobierno en la actualidad, y por tanto de las instituciones públicas. Esto además demuestra su limitada capacidad de comprensión de la palabra Amazonia, que de ninguna manera debe ser asociado con lo que la Amazonía significa para nosotros los bolivianos que nos preciamos de tener algo de sentido común, y peor aún para nosotros los indígenas que nuestra Amazonía es sagrada. Y particularmente para nosotras las mujeres indígenas o no, sería una humillación si nos ponemos en su nivel y nos sentimos aludidas con esta exhibición de majadería de ENDE del Beni, que, puesto en el contexto de violación de derechos y de violencia contra la soberanía del cuerpo de la mujer, la empresa de electricidad boliviana es responsable de ejecutar mega proyectos energéticos con violaciones de derechos en toda Bolivia. Esta campaña publicitaria es solo un ejemplo de esa violación de derechos sistemática contra nuestra Madre Tierra, nuestra Amazonia y las mujeres, donde ENDE se evidencia en su real magnitud como violador de derechos humanos.”
Declaración oficial de las mujeres de la Mancomunidad de Comunidades de los Ríos Beni, Quiquibey y Tuichi. CHEPETE Y EL BALA
El debate se caldea debido a las acciones que ENDE está llevando a cabo con el fin de imponer los proyectos hidroeléctricos en diversos territorios en Bolivia. Para ello, ha utilizado diversos mecanismos que culminan de manera grotesca con la publicidad lanzada por dicha compañía estatal, hecho que nos devela los tránsitos y alianzas a través de los cuales ENDE gestiona el poder sobre nosotras y los territorios. En la presente nota hacemos un análisis de cuál es la intención de ejercer la dominación de esa manera.
¿Qué dispositivos de poder Patriarcal utiliza ENDE para avanzar en la amazonia boliviana?
La lógica de despojo que utiliza la empresa estatal ENDE en la amazonia y el chaco boliviano son múltiples y violentas, van desde la des-estructuración de las organizaciones comunitarias, utilización de recursos del Estado para establecer redes clientelizadas con las organizaciones indígenas, como también, poner todas las barreras posibles para el ejercicio de los derechos conquistados desde las acciones colectivas legales llevadas a cabo para defender los territorios. [1]
No obstante, en estos momentos se revelan de manera clara la forma central en las que el Estado y el capital avanzan, y es sobre nosotras, las mujeres. Existe una clara alianza entre el patriarcado-capital- extractivismo que ponen al descubierto el acercamiento de la entidad estatal con la élite – clase alta conservadora del país.
El lugar de la mujer-objeto: Una forma de violencia.
La alianza estado – élites de ENDE del Beni, se pone de manifiesto de la manera más burda y cosificadora a través del patrocinio de ésta entidad estatal al Amazonia Moda. La cosificación de la mujer amazónica vista como un objeto de deseo a favor del consumo, “consuma el cuerpo pues es objeto de sometimiento y dominación, es además un territorio conquistable” sería el claro mensaje. O en un segundo lugar, un desmedro del oficio o profesión de la mujer obrera, profesional o no, amazónica que trabaja en empresas estatales, reduciendo su rol al de modelos sexualizadas posando en cascos y uniforme de trabajo. Y en ese caso, habrá que preguntarles a los responsables de ENDE si creen que ese es el papel que deben asumir las mujeres trabajadoras de la entidad y del país, o si esos son los requisitos para trabajar en las empresas del Estado.
En ambos casos, se hace visible la ya conocida alianza entre el capital y el patriarcado para explotar el consumo y mercantilización a través del cuerpo de las mujeres, reproduciendo el marketing crudo y grosero que ha permitido éste sistema, sin embargo, ésta particular alianza tiene un tercer componente en el contexto actual, en el que participan activamente los ejes; capital – patriarcado en condición extractivista. Esto no es casual, hay causas que debemos entender y deconstruir detrás de este tipo de acontecimientos.
Para explicarnos mejor, debemos sumergirnos en el contexto actual que se vive en territorio nacional, incluyendo la Amazonía, y donde se generan una serie de violaciones a los derechos humanos, indígenas y ambientales de comunidades que lo habitan, financiado y orquestado por entidades estatales, entre ellas, con una fuerte presencia ENDE con los cuestionados proyectos de las hidroeléctricas Chepete-Bala (en la Amazonia) y Rositas (en el chaco boliviano). Es ahí en donde éste tipo de publicidades adquiere una nueva dimensión que opera en forma de burla-desafío, sobre las mujeres que se organizan en sus territorios por la defensa de la vida y del territorio a lo largo de todo el país.
Además, opera en forma de demostración de poder, ENDE necesita esta alianza con las élites para poder legitimar las formas de violencia y explotación que ha venido ejerciendo sobre las mujeres organizadas, como también sobre los territorios afectados. La opinión pública en las grandes urbes, es un espacio claro de disputa, que ENDE, piensa conquistar invirtiendo millones en publicidades que lo hagan más “atractiva” para los habitantes de las ciudades.
Pero ¿Qué tipo de narrativa se construye de la mujer amazónica en Bolivia que refuerza ENDE?
Las mujeres que habitan el territorio amazónico son diversas, con diversas historias, memorias y luchas. No obstante, el patriarcado capitalista que opera colonialmente acciona sobre el cuerpo de las mujeres como también avanza sobre la naturaleza. No es casual que se construya la imagen de la Amazonia como “un objeto de deseo” que se puede “tomar, conquistar, someter, como lo “salvaje” que se tiene que dominar y avanzar sobre toda su riqueza.
Nos atrevemos a decir que, así como se concibe a la Amazonia, se recrea una imagen de la mujer amazónica, la utilización de nuestros cuerpos como una cosa, como un bien, como algo que se puede intercambiar, someter, pero también adornar hacerlo “edénico”, algo para exponer, para cosificar.
Que la empresa estatal ENDE, aunque no es la primera institución del Estado que funcionaliza nuestros cuerpos así, muestre a las mujeres que habitan el vasto territorio del oriente boliviano como un bien, revela tres principales propósitos:
1.- Disciplinar un movimiento de mujeres que se encuentra brotando y cuestionando las formas de hacer política desde los espacios organizativos alternativos a los ya vendidos y cooptados.
2.- Re afianzar las alianzas para instaurar el capitalismo en Bolivia en su fase extractivista sobre los territorios.
3.- Generar apetito en una sociedad plagada por el consumismo, tomando la mercantilización de la Amazonía y asociándola al deseo sexual y provocativo, perpetrando así esa imagen que por décadas se ha “asumido” y naturalizado de las mujeres de tierras bajas.
Es en el subsuelo político, donde principalmente las mujeres se están movilizando en las resistencias desde los distintos territorios[2], la disputa por el ejercicio de la política de las organizaciones como espacio gestionado de manera autónoma desde las mujeres, la búsqueda de alianza entre nosotras, la defensa por la gestión de la vida en los territorios, quiere ser disciplinada por el Estado en su versión institucional- ENDE- a través de la fetichización de la mujer amazónica, como mujer/cosa/ objeto de deseo sexual. El Estado busca quitar la capacidad de agencia política. Al patriarcado le “estorban” las mujeres hablando y gestionando la política, por tanto, volver a colocarlas en el espacio privado o en el lugar de la mujer objeto es su estrategia.
Por otro lado, cabe la pregunta ¿Qué alianza están promoviendo?
La amazonia como objeto y el cuerpo femenino como un bien de intercambio, es aquella transacción que ENDE necesita para cerrar el pacto, pacto del poder patriarcal, entre el Estado, los liderazgos masculinos clientelizados, y las élites del país. El fin, mercantilizar la Amazonia, pero también despojarnos a nosotras las mujeres de nuestra voz por la defensa del territorio. Como en todos los Estados y su avanzada capitalista, el Estado Plurinacional, se constituye en contraposición a la capacidad de las mujeres de generar cualquier tipo de libertad y cuestionamiento al ejercicio de poder y defender la reproducción de la vida.
Es importante recalcar que uno de los mecanismos con los que las élites[3] han instaurado su poder, a lo largo de su historia, ha sido utilizar el cuerpo de la mujer del oriente boliviano como un bien, las empresas estatales profundizan esa visión de “desarrollo” y sus narrativas de conquista masculina, por tanto reproducir estas prácticas del Estado pone en evidencia que el capitalismo patriarcal impulsando desde allí va a la conquista de esta “élite”.
Estas prácticas y pactos patriarcales, también se están dando entre los hombres de las organizaciones indígenas cooptadas por el gobierno, no es casual que ENDE quiera instaurar su poder a través de auspicios a eventos de bellezas en los territorios, la forma de lograr pactos se gestiona a través del intercambio de nuestros cuerpos.
Mirar la lucha
Con este tipo de publicidades el Estado demuestra que utilizará todos los mecanismos posibles para consolidarse en los territorios, por demostrar su simpatía con las élites, con los hombres/ machos de las organizaciones y aquellos que son consumidores de los eventos de belleza. No debe entonces sorprender que siga accionando en esa línea. Sin embargo, no se puede dejar pasar por alto los mensajes que nos quiere transmitir a las mujeres que resistimos, que nos aliamos, y que nos organizamos en la lucha.
Si ENDE tiene ese pobre concepto o interpretación de la palabra Amazonas no nos debe afectar, porque solo refleja su visión cavernícola y de película barata, muy en concordancia con el ámbito del gobierno de hoy y por “ende” de las instituciones públicas, que simplemente se reduce a su capacidad de lo que entiende de la palabra Amazonas, que no vale la pena asociarlo con lo que significa para nosotras. Son dos cosas diferentes, pero sirve para hacer visible la estupidez sin límites de ENDE, y cómo ENDE con esa capacidad limitada es la responsable de proyectos energéticos en Bolivia. Ahora se entiende y nos queda claro de esa capacidad de degradante. Degradante con nosotras. (Lourdes Miranda Mbruvicha Tatarenda, comunidad en resistencia frente al proyecto hidroeléctrico Rositas).
Creemos que esto no es casual, es causal, pues les preocupa cómo nos organizamos, nos tienen miedo. Como mujeres bolivianas, que habitamos distintos espacios y territorios, nos reflejamos y compartimos la indignación.
NOTAS
* Artículo publicado originalmente en: https://m.facebook.com/notes/mujeres-territorios-y-resistencia/la-alianza-patriarcal-ende-con-el-capital-avanza-sobre-la-amazonia-y-los-cuerpos/2213628115318304/?ref=m_notif¬if_t=feedback_reaction_generic
[1] http://zur.org.uy/content/bolivia-despojo-detr%C3%A1s-de-un-%E2%80%9Csue%C3%B1o%E2%80%9D-el-proyecto-hidroel%C3%A9ctrico-rositas
[2] https://chaskiclandestino.wordpress.com/2018/07/28/por-que-la-necesidad-de-hablar-la-voz-de-las-mujeres-en-el-foro-violencia-y-extractivismos/
[3] Es la alianza más importante para implementar el Proyecto Hidroeléctrico Rositas