“Khaukhits jalanta saraquiristam
Luxllulla Mundutxa,
Taypi Mundutxa sausinasatway”
(De donde has venido?, te preguntare
Del mundo lluvioso,
Del centro de los mundos, debes decirle)
(REZO EN AYMARA DEL DÍA DE LOS MUERTOS)
Del mundo lluvioso del que vienen los muertos el primero de noviembre, llegan desde ese medio día y se van al siguiente, recibiendo los rezos que se entonan en los sepulcros del cementerio o en los altares o “mesas”, “mast´akus”, erigidos en cada casa. Llegan entre flores, las cañas y las figuras hechas de pan recién horneado por las familias que cada primero y dos de noviembre se quedan a acompañar a los muertos, o, por el contrario, se preparan para ser acompañados por ellos.
El tiempo retorna y aquí la muerte significa otra forma de volver y estar presentes.
Estar presentes a pesar de haber pasado treinta y ocho años. Casi cuatro décadas desde la “Masacre de Todos Santos”.
El golpe
Cierta versión de la historia política boliviana funda sus razonamientos en la profunda “inestabilidad” del país en el siglo XX. El “renombre de Bolivia”, -a decir del historiador James Dunkerley-, ante el mundo que llegó a conocerla, no solo radicaba en haber sido uno de los países exportadores de estaño barato durante el siglo pasado, sino en las convulsiones sociales que para unos eran evidencia demasiado patente del atraso de un país de mayorías indígenas. Y esta versión burda del gamonalismo criollo dentro del mismo país respecto a las masivas movilizaciones sociales que estallaron desde el 2000, es hasta ahora la misma: violentos, caóticos y pobres.
En el fondo, lo que para la mirada externa aparece como un agitado “desorden”, es una profunda capacidad de auto-organización comunitaria, campesina y obrera. Es lo que permitió la manera en que estalló y devino la Revolución de 1952, la resistencia en la larga noche de las dictaduras y los levantamientos del 2000 al 2005.
El Coronel Alberto Natusch Busch, era sobrino del conocido militar nacionalista y ex presidente Germán Busch i. Si bien podría decirse que el parecido radicaba únicamente en el apellido, no es lo mas importante. En cambio si lo es señalar que fue parte de un largo y sangriento ciclo de golpes de estado. El “gorilismo” en Bolivia se había iniciado en 1964 con el General Barrientos, continuado con el gobierno de facto de Hugo Bánzer Suárez y terminado con el año de gobierno del General Luis García Meza en 1980 -81.
Desde la caída de Bánzer en 1978, propiciada por una masiva huelga de hambre iniciada por mujeres de las zonas mineras, hasta 1980 existieron 5 presidentes y dos elecciones generales. ¿Un signo de “inestabilidad”? Mas bien, la señal de la constante lucha de un poderoso movimiento obrero y popular aglutinado fundamentalmente en torno a la Central Obrera Boliviana, que brindó cientos de muert@s y detenid@s en los ametrallamientos que realizaba el ejército en cada ocasión en que ocurría un golpe de estado.
Los nuevos golpistas de noviembre a la cabeza de Natusch Busch se apoderaron del Palacio de Gobierno y del tenebroso Ministerio del Interior a las dos de la madrugada del 1o de Noviembre de 1979, deponiendo así de su puesto, al hasta entonces presidente Walter Guevara Arze. Tanquetas y tropas militares bajaron y tomaron de manera subrepticia las calles y avenidas de la ciudad de La Paz, como inicio indiscutible del nuevo golpe de estado.
A las seis de la mañana algunas emisoras radiales lograron transmitir a la población que existía un nuevo Coronel autoproclamado presidente de la Repúblicaii. Sin el carisma de Barrientos, primer militar dictador, Natusch Busch no solo se declaró “institucionalista” sino que proclamó mediante sendos comunicados a la nación que el golpe no era golpe sino otra expresión de su “institucionalismo”.
El golpe urdido, contaba con el apoyo de una fracción de senadores y diputados del Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda (MNR-I) el Movimiento Nacionalista Revolucionario Histórico (MNR-H) y gente de la banzerista Acción Democrática Nacionalista (ADN). Los primeros dos paradójicamente habían sido los desgajamientos del Movimiento Nacionalista Revolucionario, (MNR), el partido hegemónico después de la revolución de 1952, el cual había impulsado a su manera las medidas exigidas y pergeñadas por el movimiento obrero y popular a fines de la primera mitad del siglo XX.
A las ocho de la mañana el país estaba enterado de la nueva asonada. El Cnel. Carlos Mena, a la sazón Ministro del Interior de Natusch, el Comandante del Regimiento Tarapacá, Cnel. Arturo Doria Medina (conocido como el “Mariscal de la Muerte”), junto a la complicidad de los miembros de la nueva dictadura, planificaron la represión atroz que se desató de manera inmediata en por lo menos dos ciudades principales del país: La Paz y Cochabamba.
Afirma Juan, vecino de la Villa Victoria, (populoso barrio fabril de las laderas de la ciudad de La Paz, que el golpe apostaba a ser efectivo y por tanto sus ejecutores estaban dispuestos a matar y aplastar cualquier tipo de resistencia populariii.
El golpe de estado de 1979 que militares y civiles le dieron al gobierno de Walter Guevara, se inició con la ocupación de la Plaza Murillo con tanques de guerra. El golpe fue dado el 1º de noviembre, día de Todos Santos. Toda la gente del país despertó con la noticia del golpe, pues éste se había iniciado en la madrugada de ese día. La sorpresa fue muy grande para todos. El gobierno de Guevara parecía tener una cierta aceptación por parte de la ciudadanía, porque la opción Guevara, presidente del senado, parecía haberle sacado de un empatanamiento al Congreso, porque después de las elecciones generales del mismo año ningún partido tenía la suficiente cantidad de votos para que su candidato asuma la presidencia del país. Entonces, para la población al parecer no había nada que justifique un golpe civil-militar, menos cuando la OEA se estaba reuniendo en La Paz, y mucho menos en pleno día de la fiesta religiosa de Todos Santos. El rechazo popular fue instantáneo. La Central Obrera Boliviana (COB) respondió al golpe con una declaración de un paro nacional de 48 horas (…) Era un golpe de estado para triunfar, era para sacarlo a Guevara y quedarse ahí, fue un golpe duro, o sea como cuando dicen “si yo hago golpe tiene que ser para ganar” (Entrevista a Juan)
En efecto, las primeras medidas de Natusch fueron cerrar el parlamento y decretar Estado de Sitio y la “Ley Marcial” en todo el país. Mediante ambos instrumentos del terror, supuestamente legalizados en la Constitución Política del Estado, podía ejercerse un control efectivo sobre la población, ya que la Ley Marcial permitía a los grupos de militares (o paramilitares) disparar hacia cualquier persona, incluso si ésta se asomaban a las ventanas de su propio domicilio. Así murieron muchos de los asesinados esos días.
A las ocho y media de la mañana del 1ro de noviembre, grupos de personas comenzaron a arremolinarse en el centro de la ciudad. En la histórica Plaza San Francisco y las calles adyacentes, decenas de jóvenes comenzaron a construir barricadas. Algunos las llamaron “barricadas morales” porque no podían ser muy efectivas ante los aviones de combate y el helicóptero artillado que el dictador ordenó salir contra las multitudes. A pesar de esto, la gente estuvo en la calle todos los días para resistir.
Horas más tarde, la dirigencia de la Central Obrera Boliviana convocó a la Huelga y Paro General de 48 horas, que serían luego ampliados. Las disposiciones fueron estrictamente acatadas en varias ciudades del país. De la misma manera y como hecho fundamental la recientemente creada Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, (CSUTCB) a la cabeza de Genaro Flores, apoyaron de manera consecuente todas las medidas antigolpistas. Ante el estupor de no pocos dirigentes obreros, los campesinos de esta organización se declararon en estado de alerta y movilización, siendo también perseguidos por la represión. Era parte de la ruptura del histórico y vergonzante “Pacto militar – campesino” del cual se habían servido las anteriores dictaduras para enfrentar a campesinos con trabajadores mineros.
El ejército, el primer día del golpe, desplazó por las calles tanques y tanquetas Sherman recién adquiridas(i):
– “¡Asesinos!, ¡Asesinos!”
resonaba en todas las calles y bocacalles cuando las personas se paraban frente a los tanques, golpeándolos con los puños y gritando con indignación sus consignas contra los militares.
“Pecho de muralla” decían los viejos combatientes de la revolución del 52. Ahora igualmente ¿que otra cosa se podía ofrecer a las balas y las tanquetas?.
Varios jóvenes continuaban sacando el empedrado de las calles, otros quemaron un automóvil haciendo frente a la represión, otras ocasiones dispersándose y otras tantas volviendo a aglutinarse en todas las esquinas y detrás de cada barricada. Los aviones de combate pasaron rasantes sobre la multitud, por lo menos uno de ellos se dirigió hacia la ciudad de El Alto. Seis horas duró el enfrentamiento, y dos fallecidos luego fueron recogidos cuando las calles pudieron ser despejadas por los soldados.
En la ciudad de Cochabamba, los obreros de la fábrica de zapatos “Manaco”, junto a estudiantes de secundaria y universitarios, se enfrentaron a las tropas de la Séptima División del Ejército que se habían declarado a favor del golpe, y que había tomado instituciones del estado como la Prefectura y la Alcaldía. Un muerto y siete heridos quedaron en las calles cochabambinas, mientras las personas observaban el vuelo de otros aviones de combate. Más tarde se desató una persecusión sañuda a los dirigentes fabriles, la cual terminó con la detención de varios de éstos.
La COB se volvió a pronunciar rechazando los allanamientos a la sede sindical de los trabajadores fabriles y los apresamientos ilegales. Sin embargo, fuera de los marcos del sindicato, se estaba gestando una rebelión de las personas que vivían en los barrios pobres de La Paz y El Alto:
Fue una suma de factores digamos. Sin los vecinos, su resistencia, la huelga General de la COB, no hubiera funcionado. Sino fue la reacción de la gente, seguramente tomando en cuenta a la COB, pero tantas directivas de la COB que puede haber y la gente las ignora y las rechaza incluso. Esta vez no. Fueron respaldadas, diríamos, las directivas de la COB, y en otra medida coincidieron simplemente con la decisión de la gente de salir a las calles y no permitir el golpe. La gente se enoja mucho cuando hay muertos de por medio y hubo muchos muertos. Y lo que a la gente le indigna son las muertes sin motivo, es lo que ha ocurrido en Octubre de 2003,. Lo que la gente de los partidos (de izquierda) hizo es salir, pero simplemente se ha tenido que unir pues, no era trabajo de los partidos, ellos se sumaban a las barricadas (Entrevista a Juan)
Efectivamente: A pesar del intento de censura mediática, se reportaron los sucesos posteriores. Los barrios populares de La Paz y El Alto salieron a la lucha:
En Villa Victoria esta populosa villa, dejando de hacer lo cotidianamente suyo, la gente salía a las esquinas de las calles, a comentar el golpe y a expresar su desacuerdo. “¡Los militares van a venir en caimanes (carros de asalto), hay que cavar zanjas!”, “¡Van a venir en tanques!”, se oyeron voces de este tipo. Una de las primeras cuadras en que se cavó una zanja y se levantó una barricada fue en la calle Asunción-Av. República. Luego se cavó zanjas en cada cuadra y a su vez se levantó barricadas,se sabía pues bien que en otras ocasiones de golpe, el ejército se movilizaba en camiones y en tanques livianos para reprimir cruentamente al pueblo.
(…) La resistencia en otros barrios era parecida… parecida a la que hubo por aquí,recuerdo bien en el barrio de Pura Pura, que colinda con Villa Victoria, yo vi cómo el travesaño de puro hierro del desmantelado famoso “puente de Villa Victoria”, puente en reconstrucción que estaba sobre la carretera asfaltada “Naciones Unidas”, que conduce a la “Ceja de El Alto”, su estructura pesaba muchas toneladas y que por su tamaño y peso fue dejado y abandonado a un lado del camino, eso fue levantado por los vecinos para bloquear la carretera. También en la Ceja de El Alto, en la zona Ballivián, lugares que ya se sabía eran de mucha resistencia popular, los vecinos tuvieron que enfrentar con sus propias barricadas los ametrallamientos que hacían desde el aire aviones de combate y un helicóptero artillado, estaban pues dispuestos para barrer a tiros a las masas de alteños, vecinos heroicos.(Entrevista a Juan)
Todos los vecinos de zonas como Villa Victoria y se movilizaron y sacaron todo lo que podían de sus casas para poder hacer las barricadas y las zanjas:
Las herramientas y los materiales aparecían como por encanto. Si hacía falta algún implemento, no faltaba el vecino o la vecina que lo ofrecía. Palas, picotas, madera, palos, alambres, fierros, piedras, llantas de goma. Había que ver a las mujeres de pollera ancianas ofreciendo agua a los que cavaban, a un anciano que sacó llantas viejas de su domicilio. Había que ver a gente de toda edad corriendo y sacando trastos de sus casas, todos ya listos a proveer de lo que fuera necesario para reforzar las barricadas levantadas sobre la misma tierra extraída de las zanjas cavadas. Jóvenes y niños acarreaban piedras desde no se sabía dónde(…)Me acuerdo de doña Rita, esa era pues falangista, (de la Falange Socialista Boliviana – FSB, partido fundado a semejanza del falangismo español), ella estaba igual que todos nosotros. Todos, incluso movimientistas más, (se refiere a gente del Movimiento Nacionalista Revolucionario) Todo el mundo salió a protestar. Ahí esta la solidaridad espontánea de la gente, todos sacaban agua, ¿agua? Hay agua. Había eso que se puede llamar disponibilidad, “No, ¡yo tengo eso!”, y sacan. Lo que hacía falta sacaban de su casas, aparecía nomas, picotas palas… zanjas, zanjas, zanjas, toda la Avenida República estaba con zanjas, yo salí, todo el mundo salió…(Entrevista a Juan)
No hubo una organización desde sindicatos u organizaciones similares, solamente se trataba de la gente que con indignación salía a las calles:
No había organización propiamente, tal vez en El Alto hubiera habido en ese tiempo, tal vez la tradición comunitaria traída desde el campo hubiera dado eso. Pero por aquí no, ningún sindicato, la junta de vecinos no juega, tanto así que si había junta de vecinos su papel dirigente no apareció en absoluto. La respuesta colectiva vecinal fue mas espontánea, la gente se juntaba y salía de sus casas, así como cuando bajan los grupos folklóricos en la calle y la gente sale y se agrupa a ver, era algo así.
Varios días salí, ahí fue emergiendo paulatinamente la movilización, ahí va paulatinamente, había que cuidar las barricadas, las zanjas. La agitación era extraordinaria. Había que darse prisa, ya había pues noticias de que los tanques livianos del ejército ya estaban por el Cementerio, o sea era un lugar que estaba a unas pocas cuadras de aquí, de Villa Victoria. La zanja y la barricada de la calle Asunción en plena avenida ya estaban listas. Me acuerdo que leí en una vieja hoja de cartulina que estaba en la barricada: “Muera el golpe. Natusch, borracho drogadicto degenerado”…era pues bien conocida la fama de Natusch. Ya más allá del medio día ya los tanques livianos militares aparecieron,no por la avenida como se esperaba, sino por el lado de la zona colindante de la zona Mcal. Santa Cruz, al otro lado de la avenida Apumalla. Luego hubo una tanqueta situada a una cuadra y desde ahí dispararon contra la gente que caminaba en la calle Asunción que da a dicha avenida. Ahí fue que uno de los disparos mató a un joven que había sido estudiante del colegio “Franz Tamayo”, que es colegio de Villa Victoria. La mujeres metían a sus hijos pequeños a sus casas. Mucha gente, sobre todo los más jóvenes, ¿no?, aglomerados en las esquinas formando grandes grupos, se quedaron a esperar qué iba a pasar… ya entonces por fin los tanques militares entraron a la villa, haciendo maniobras para eludir las barricadas y las zanjas ¿así no?. Los soldados disparaban. La gente mas bien los recibió desafiante y les gritaban de las esquinas: “¡a-se-sinos!, ¡a-se-sinos!, ¡a-se-sinos!…”. Los militares disparaban, y la gente corría a ponerse a salvo en la calle paralela, se juntaba y volvía a gritar”¡a-se-sinos!, ¡a-se-sinos!, ¡a-se-sinos!…”. Los soldados volvían a disparar, así, los oficiales disparaban a matar, las tanquetas no avanzaron bien, fueron con dificultad o ya luego simplemente no avanzaban. Los vecinos volvían a correr, volvían a gritar, desafiantes ¿no?, algunos entraban a sus casas y volvían a salir, los que eran más audaces arrojaban piedras a las tanquetas. Así, hasta que los militares optaron por retirarse derrotados, porque no quebraron la resistencia de los villavictorianos, no pudieron pues amedrentarnos ni escarmentarnos a los vecinos con muertos ni heridos, como era su propósito. Inmediatamente de que se fueron ya las barricadas fueron reparadas por todos los vecinos en las calles porque los soldados intentaron destruirlas…. El letrero contra el golpista Natusch, ya no estaba, se lo habían llevado… Cuanto tiempo duró… unas dos semanas. Ni un día se descansó. Hubo oposición frontal al golpe, era un golpe sin apoyo, cualquier cálculo que habrían hecho los golpistas no resultó. (Entrevista a Juan)
La resistencia no acabó, la gente no se rendía a pesar de que los informes de Derechos Humanos contabilizan 216 muertos, 76 oficialmente reconocidos y los otros cadáveres restantes desaparecidos. Además de medio millar de heridos, otros tantos desaparecidos y torturad@s.
Las listas que se ponían en la puerta de la morgue, certificaban que allí habían llegado las personas fallecidas durante la resistencia a la cruenta represión:
“Adela Cusicanqui, estaba embarazada de 6 meses, cayó el 4 de noviembre en la Avenida Baptista, presenta disparo de bala, era ama de casa”
“Juan Mendez, desapareció luego haber sido visto herido por las balas de la represión, era carpintero”
“Fidel Tincuta, de nueve años, falleció por disparo de arma de fuego el 5 de noviembre en Chuquiaguillo, estaba pasteando sus burros junto a su hermano menor. Era estudiante”
“Clemente Plata Chavez, cayó herido de bala el 6 de noviembre en la puerta de su casa, es chofer”.
“Mercedes Perez, falleció el 4 de noviembre en Alto Lima (El Alto), la mató una bala disparada por el helicóptero, era vendedora”
…. Brígida, Carlos, Celestina Eduardo, Juan, Julián, Marcelino, Guido, Fanny… obrero, recogedor de basura, empleado, ama de casa, cargador, chofer, estudiante, tejedor, portero, albañil, campesino, estudiante universitario, vendedora…cayó herida por impacto de bala, cayó muert@ por balas dum – dum de fragmentación, desapareció, falleció…
La lista elaborada por la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB) se hace muy larga, decenas de nombres y lugares(iv). Historias que se quedaron sin contar, sobre las personas que en El Alto, fueron ametralladas desde el helicóptero que el dictador contrató a la empresa norteamericana “Grover” la cual construía un camino importante en La Paz.
La denuncia que luego fue comprobada en los análisis forenses fue la utilización por el ejército de balas “dum-dum” de fragmentación, las cuales provocaron atroces heridas en los fallecidos y heridos, muchas estallaron recién estando las personas en la sala de urgencias.
L@s herid@s, l@s muert@s, l@s desaparecid@s eran de (y habían caído en) barrios populares: Villa Ballivián, Alto Lima, Ceja de El Alto, Alfonso Ugarte (de El Alto). Avenida Buenos Aires, Chamoco Chico, Villa Antofagasta, El Tejar, Villa Victoria, Munaypata, Río Miraza, Chuquiaguillo, Max Paredes, Challapampa, La Portada, Cancha Bolívar, Zona Cementerio, Río Mihuasa, Garita de Lima, Autopista, Villa Fátima (de La Paz).
Muchos no escaparon de la persecusión y las balas amparadas en la impunidad. Narra Juan, que tres integrantes del Movimiento de Unidad Popular Socialista, (movimiento fundando en 1969), fueron detenidos y golpeados salvajemente, entre ellos se encontraba el economista Eduardo Urquieta, (conocido como Neptal Viris) fundador del MUPS, quien fue torturado en la noche de su apresamiento en la zona de El Tejar (el 5 de noviembre). Luego de golpearlo y destrozarle las piernas a balazos, se lo llevaron aún con vida, a la temida Dirección de Orden Político (DOP), en cuyas instalaciones, como había sucedido en otras dictaduras y con otros presos políticos, fue torturado y finalmente rematado con varios tiros en la cabezav
¿Cuanta gente más cayó torturada y ejecutada por los militares?. Se habló de fosas comunes donde las tropas del ejército hicieron “desaparecer” decenas de cadáveresvi.
Las tropas del “Mariscal de la Muerte” se paseaban en todas las calles de La Paz, como muestra de su desmesurado “patriotismo” hicieron volar parte del edificio de la Central Obrera Boliviana. Un hecho sin duda simbólico pero poco efectivo: la resistencia estaba desplegada en los barrios y aparecía de manera persistente, rebasaba a la estructura sindical obrera.
Natusch Busch se sentía incomprendido y acometido por la injusticia, o al menos eso decía en otro mensaje a la nación publicado días mas tarde en los periódicos de circulación nacional y leído en las emisoras tomadas por los golpistasvii. Este acceso de cierta terneza militaresca no convenció a nadie, y menos aún la propuesta que hizo el dictador sobre conformar un “triunvirato” donde participarían la COB, él en persona representando a las fuerzas armadas y representantes del parlamento. La COB asistió al diálogo suspendiendo la huelga momentáneamente, hecho que le valió la crítica radical del sindicato de trabajadores mineros y los sectores movilizados, quienes mantuvieron incólume la huelga y el paro general, sin aceptar ningún tipo de acercamiento o pacto. Los dirigentes de la COB estaban “bajo un rígido y crítico escrutinio” habían afirmado las bases de los sindicatos minerosviii.
Después de 5 días de una “negociación” que no llegaba a ningún lado, y 15 días de matanza contra el pueblo boliviano, Natusch Busch tuvo que primero retirar las medidas punitivas como la Ley Marcial y luego marcharse. El 16 de noviembre, salió por la puerta de atrás de la historia, si no es que por la ventana, es decir, huyendo. Ante la movilización popular que los golpistas no habían previsto, o que si previeron, habían pensado aplastar fácilmente con el uso inclemente de las balas y sus flamantes tanques y aviones de combate.
¿Una lucha por cuál democracia?
Luego de 16 días, a la renuncia de Natusch, se posesionó como presidenta interina de la República a Lidia Gueiler. Y la gente recogió y veló a sus muertos, tras estas nuevas jornadas de lucha “por la democracia”… ¿Cuál democracia?. ¿la que se reduce al hecho enajenante de votar cada cinco años, reproduciendo la dominación estatal? ¿dominación donde partidos, hasta ahora, son impulsores de las maneras de explotación, expoliación y despojo de territorios y vidas?
O, por el contrario, si re-memoramos todas las formas diferentes en que en las calles, en barricadas, asambleas, cabildos, se ha deliberado y decidido, luchado y también muerto, ésta es la memoria vigente de la resistencia popular al golpe de estado de 1979.
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Notas:
i Zavaleta, REné, “Las masas en noviembre”, Bolivia hoy, X.XXI, Ed. México, 1986
iiDUNKERLEY, James, Rebelión en las venas, Plural, Bolivia, 2008. Los datos son de los periódicos Presencia, El Diario y Ultima Hora del 1o de noviembre hasta el 16 de noviembre de 1979.
iii Entrevista a Juan, maestro, vecino de Villa Victoria, viernes 29 de octubre de 2010.
iv Informe de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, La masacre de Todos Santos, Bolivia, 1980.
v Carta de denuncia sobre la tortura y asesinato de Eduardo Urquieta Morales, enviada a las autoridades por su esposa Zoraída Villegas.
vi Informe de APDHB.
vii. El mensaje de los golpistas curiosamente decía “hemos enfrentado una guerra psicológica, violencias organizadas, resistencias sordas e injustas, un paro nacional y luchas callejeras. Nos hemos tenido que defender en el campo militar y en el político” (“Construyamos una Bolivia sin clases humilladas”, Mensaje del Cnel. Alberto Natusch Busch, viernes 9 de noviembre de 1979, Presencia)
viii Informe de APDHB.