Las denuncias anteriores a la Gran Asamblea Nacional de Pueblos Indígenas (GANPI), predecían el futuro de ésta. Alguien decía que las manos del gobierno se sienten pero no se ven.
Desde el principio hubo amagos de enfrentamiento, alguien con la suficiente imaginación y contacto con altos mandos del gobierno y la policía, hizo que un contingente policial “resguarde” el lugar. Los viejos dirigentes dicen que nunca antes, en la historia de la GANPI, se había visto presencia de la policía en su espacio de dialogo, reflexión y organización.
El Tipnis tiene una fuerza inexplicable, está en nuestra mesa, en los buses, en los colegios, en la memoria y, estuvo también en la GANPI. Pero fue el tema tabú, el tema del que todos huían, porque los encara, cuestiona y también los enfrenta. Claro, están en juego todos los territorios indígenas en el hipotético caso de que partan con una carretera el corazón del Tipnis, y lo saben. Lo saben los dirigentes cooptados por el gobierno y los promotores de la división.
Nadie ahí quería hablar del Tipnis, porque están disfrutando de las pegas, prebendas y bonos que el estado colonial sostiene.
Bertha Bejarano, mujer, Moxeña y ex presidenta de la Novena Marcha, expuso palabra por palabra y mirándolos a los ojos, la amenaza que representa que el gobierno haya intervenido en sus organizaciones y quiera partir el Tipnis con una carretera.
Hay paralelismo impulsado desde el gobierno en las organizaciones de los pueblos ayoreos, yurakares, chiquitanos y guarayos decía un dirigente Guarayo.
En realidad hay paralelismo en casi todas las organizaciones indígenas. La CIDOB que hasta ayer presidía Lucio Ayala, es la paralela a la CIDOB orgánica que preside Adolfo Chávez Beyuma, quien hoy está en la clandestinidad a causa de la persecución que hace el gobierno a la rebeldía de quienes no quieren obedecer a su régimen. Los casos de Cancio Rojas o Félix Becerra Vilcarana, ex Mallkus del Consejo Nacional de ayllus y Markas a del Qullasuyu (CONAMAQ), son otras son otras crudas pruebas de dicha persecución.
LAS FICHAS DEL GOBIERNO A LA CABEZA DE LA CIDOB.
La noche del 21 de agosto sería algo trascendental para este evento, nos darían señales claras de quienes serían los futuros presidente y vicepresidente de la CIDOB. Las denuncias de los indígenas rebeldes al gobierno eran claras: el ministro de gobierno, Carlos Romero, se reunió con Pedro Vare y Efraín Banderas. La actitud del gobierno no es ajena y no sorprende.
El 13 de agosto, Pedro Vare, presidente de la paralela y masista CPIB, y quien impulsó la anulación de la ley de protección del Tipnis, festejó junto al presidente Evo Morales la promulgación de la ley que quita la intangibilidad al Tipnis y permite la construcción de la carretera por medio del territorio indígena.
Algo pasó en el transcurso del tiempo y no logro entender que fue. Pedro Vare hasta hace no mucho tiempo era enemigo de Evo Morales, y tildaba a su gobierno como “narco-gobierno”.
Vare estuvo en la vigilia en la plaza de la ciudad de Trinidad después de la represión que sufrieron los indígenas de la Octava Marcha en Chaparina, era un acérrimo opositor a la carretera por medio del Tipnis, y ahora tiene el aval del gobierno y fue posesionado como presidente de la CIDOB, junto a Efraín Banderas como vicepresidente, igualmente afín al MAS.
El futuro inmediato para los pueblos indígenas es oscuro, tan oscuro, como la pretensión de las empresas petroleras en el Tipnis.
LA ORGANIZACIÓN, LUCHA Y RESISTENCIA.
La CIDOB es la organización más importante de los indígenas de tierras bajas de Bolivia, es a ella que le dedicaron pedazos de sus vidas, paciencia, lucha y resistencia las bases indígenas.
El tejer esta organización costo mucho tiempo, y el gobierno a la cabeza de Evo Morales la destruyó de un plumazo. Es sin duda, un retroceso de muchos años.
Todo termina, y cuando Evo se vaya del poder, las organizaciones indígenas estarán divididas, expuestas, y las heridas tardan en sanar.