La madrugada del 24 de junio, de 1967, día de San Juan, el ejército asaltó los campamentos mineros de Catavi y Siglo XX, en Potosí, asesinando a decenas de trabajadores y sus familias, acallando con armas de alto poder la lucha minera que estaba en curso. La memoria no está en cuarentena y recordamos ahora la Masacre de San Juan. #LaCuchaEsDesdeLasBases
El homenaje de Radio Nacional de Huanuni, que ahora podemos escuchar por la recopilación que hicieron historiadores y comunicadores de esta radio, en el 50 aniversario de RNH.
El General Rene Barrientos Ortuño, presidente, a la sazón, de la República de Bolivia, horas después de la Masacre que ordenó contra trabajadores mineros de Catavi y Siglo XX, se declaró único responsable de la incursión militar armada a los campamentos mineros aquella noche de San Juan, arguyendo que habían sido “agitadores” “castro-comunistas” los que habían causado desordenes en miras de provocar un movimiento “golpista, para derribar al gobierno Constitucional”.
Tarateño de nacimiento, y entrenado en Estados Unidos en el manejo de aviones de combate, Barrientos encabezó un golpe de estado militar en noviembre de 1964, el primero de varios en Bolivia, anunciando una “restauración” para el país . Con un gran apoyo de personeros militares norteamericanos, el general Barrientos inició una persecución contra organizaciones obreras y populares, y apoyó el Plan de Acción Cívica. Así, mientras entregaba dinero para la construcción de escuelas en el área rural propagandizaba su plan de “desarrollo” para ésta, basado en la “cooperación” estadounidense.
Después de las elecciones de 1965, donde el general salió electo como presidente, continuó con un plan de rebaja salarial, ordenando varias incursiones contra los campamentos mineros que eran el núcleo más fuerte de resistencia y lucha obrera. No se trataba únicamente del despliegue de la fuerza del ejército sino de otros hechos políticos tan importantes como la firma del “Pacto militar campesino”.
El carácter espantoso de la “restauración” se plasmó en la Masacre de San Juan de 1967. Con el anuncio de que los trabajadores apoyarían a la guerrilla, en el ampliado convocado para ese 24 de junio, el 23 de ese mes, en la noche de San Juan, el asalto militar planeado por Barrientos, rodeó Catavi y Siglo XX, aprovechando el festejo acostumbrado de ese día en las fogatas. Cortando el suministro de la energía eléctrica, comenzaron la lluvia de balas con el ensordecerdor tableteo de las metralletas y el estallido de los morteros. Mujeres, hombres y niños fueron asesinados por las tropas militares, dentro y fuera de las casas restallaban las balas, mientras la sede sindical era defendida con un fusil por el dirigente Rosendo García Maisman, ultimado de un balazo en el avance incontenible de los militares.
Al llegar la luz del día se vieron las consecuencias del régimen barrientista. Los trabajadores hablaron de 40 muertos, mientras el gobierno solo aceptó la existencia de 27 fallecidos. Mientras se recogían heridos y muertos cosidos a balas de entre las cenizas de las calles del campamento, y se velaba a lxs caídxs en el club “Racing” de Siglo XX, las tropas militares se dirigieron a Huanuni, donde, en un episodio menos conocido, ocuparon la población haciendo estallar con detonaciones los equipos de Radio Nacional de Huanuni (RNH). La población de Huanuni se movilizó y protagonizaron varias escaramuzas con el ejército, hechos que resultaron en la muerte de una persona.
El distrito minero de Huanuni quedó ocupado así como Siglo XX y Catavi, lo cual aseguraba a Barrientos, o al menos eso esperaba, que ninguno de los ejes del movimiento obrero boliviano, se rearticulase. El comandante de las Fuerzas Armadas de ese entonces, General Alfredo Ovando Candia, anunció de días después de la masacre, “las Fuerzas Armadas no permitirán nuevos territorios libres”, haciendo alusión a la forma en que se habían declarado a sus campamentos, los trabajadores mineros.
A casi 50 años de la masacre de San Juan, recordamos estos hechos a través de un audio de homenaje producido por la Radio Nacional de Huanuni en 1983, -dos años antes de la aprobación del decreto 21060 que abrió las condiciones para que Bolivia ingrese a la época neoliberal- recopilado en el 50 aniversario de la emisora por historiadores y comunicadores de este medio.
Esta misma radio, cuyos equipos volaron por los aires por el ataque militar de ese junio del 67, es parte de toda una red de radios mineras que cumplieron un papel fundamental en la época de las dictaduras desde los años 60, para informar a los campamentos y al país la lucha que se daba en los enclaves mineros, frente a las diversas coyunturas que se daban.
No son solo “antecedentes” históricos, sino las formas en que se labraron la lucha, los horizontes diversos, y también contradictorios de transformación, sino de las maneras duraderas o no, en que se dieron las relaciones entre sindicatos y estado, como en el pacto militar campesino, o con los sindicatos obreros.
De diversas maneras, de estas luchas venimos, y nos alimentamos de otras, que siguen dándose desde abajo y muchas veces de manera silenciosa pero valiente.
Bibliografía
ZAVALETA, René, La caída del MNR y la conjuración de Noviembre, Los Amigos del Libro, Bolivia, 1995 y ALMARAZ, Sergio, Réquiem para una República, s.e., Bolivia, s.f.
Periódico Presencia del 24 al 30 de junio de 1967.