Como una imagen surrealista, o una pesadilla muy parecida a la realidad….están colgando del puente del viaducto 5 sillas de ruedas, y estas acogen 5 cuerpos, estos a la vez hablan y protestan, desde la vulnerabilidad y la marginación en que estas sociedades modernas los tenemos condenados.
Desde el 27 de enero en que los discapacitados se encuentran una vez más movilizados, pero entre la cortina de humo del culebrón boliviano y el clásico adormecimiento democrático y carnavales, poca noticia fueron hasta que emprendieron vuelo y “colgados de un puente” con un letrero gigante con las letras “Pedimos bono 500 bs mensual”, llamaban nuestra consideración, e incomodaban el cotidiano ser de esta ciudad jardín.
Estos cuerpos engendran de esta exclusión y de la potencialidad de sus otras capacidades la enunciación de su demanda, espectáculos gore e impactantes invaden las calles, que los encuentran arrastrándose por las avenidas hasta sangrar, cuerpos desnudos, huelgas de hambre, tapiados, y ahora colgados en los puente, tan solo si así se lograse acaso la consideración del buen ciudadano que tiene las posibilidades de ir a su trabajo, leer o escribir una nota sobre ellxs.
“Queremos tener un bono mensual de 500 Bs, yo soy un padre de familia, mi hijo está en casa tiene discapacidad física y motora, yo estoy ahorita representando a mi hijo, no camina, no se cocina, no se lava, esta botado en la cama. Hemos ido en caravana a La Paz cuando hemos rescatado 1000 Bs. anual, se ha cumplido, pero eso no abastece. Porque medicamentos toma, vivimos en alquiler, pagamos luz-agua, para el mantenimiento del estómago no subsiste” Andrés Fabrica, Padre de discapacitado.
La demanda sin embargo sigue siendo la misma: extender la mano y pedir al papá-estado las migajas correspondientes, los bonos se han vuelto (gracias al neoliberalismo) la estrategia de domesticación de varios sectores sociales. Un bono para ancianos, otro para niños, otro para madres y otro para discapacitados, así todos los sectores considerados “vulnerables” estarían siendo “atendidos” por el padre benefactor. Así el disciplinamiento del cuerpo y la domesticación de estos sectores se reduce en la satisfacción momentánea del dinero mágico, los niños serán obligados a asistir a escuelas colonizantes y las mujeres obligadas a parir en hospitales, todo, además, como estrategias electoreras.
Y aunque el bono sea lo que es; un paliativo, para las personas con discapacidad la sobrevivencia en un mundo cada vez más demandante y competitivo se vuele una tormenta. En hechos concretos un bono de mil bolivianos anual es una burla a la demanda del sector movilizado. Recordemos que la marcha Trinidad- La paz, protagonizada por estos al año 2012, pedía un bono de 3000 Bs. anual, demanda eludida por las autoridades y traicionada, como la mayor de las veces por cúpulas dirigenciales[1], que negociaron 1000 Bs. como bono anual traducidos en 20 millones de bolivianos además de otros 20 millones destinados a proyectos productivos.
“Nos hallamos movilizados debido a que el gobierno no ha hecho una redistribución justa y equitativa de los 40 millones, (…) de esos 20 millones era para proyectos productivos y los otros 20 millones para pagar el bono que se conquistó en la marcha a La Paz para personas graves y muy graves, y ellos son considerados de 50 para arriba. Entonces nosotros queremos un trato justo y que esos 40 millones sean destinados a personas con discapacidad, que llegue a cada uno de nosotros. Hay una propuesta de proyecto que han presentado personas con discapacidad de Cochabamba de hacer una panadería pero lastimosamente no hemos sido escuchado no han cumplido, es así que sastrería también, nos han dicho se va hacer de la misma manera un proyecto de empresa de sastrería, pero nada hasta el momento, entonces nosotros nos preguntamos ¿dónde están los otros 20 millones restantes?” Juan Carlos Cucho (vocero personas con discapacidad)
En cada cuerpo movilizado, existen historias personales, jodidas historias radicadas en la exclusión y la marginalidad, la solidaridad familiar y en general las precarias condiciones a las que son recluidas dada la imposibilidad laboral, sea de ellxs mismxs, sea de sus propios familiares que deben entregarse a su cuidado. Y esto nos hace complejizar la reflexión, saliendo de la culpabilidad y victimización y el obvio abandono estatal, la sistemática reclusión social erguida en prejuicios y ausencias de políticas públicas aplicadas en los puestos laborales. Al margen de aquellas personas cuya discapacidad les impide moverse o realizar activamente tareas concretas, las personas con discapacidades o con capacidades diferentes no son minusválidxs, ni retrasadxs, ni leprosxs ni menos aún incapaces de realizar un sinfín de actividades sociales y económicos, que les permitieses acaso fuese posible un sobrevivencia más ligera.
Pero la realidad no es así pues, la mayoría arguye la necesidad del bono por los grandes gastos en medicamentos, y ese es otro gran enclave de injusticia, en un sistema que se blasfema socialista, la salud continua siendo aun con tantos nuevos hospitales de evo cumple, un lujo privativo. ¿Cómo es posible que no existan políticas públicas que cubran seguro social a sectores con alta vulnerabilidad? Si eso es incapaz de hacer el estado, un bono continuara siendo insuficiente e incluso innecesario.
Y aún peor, este sector está denunciando que sistemáticamente se ha bajado el porcentaje de discapacidad en sus carnets, ya que como habíamos mencionado los bonos estarían destinados únicamente para aquellos que tuvieran más de 50%.
“el porcentaje nos han bajado y eso son órdenes del gobierno, no es ordenes de allá de las oficinas, el gobierno les han hecho así, el trabajo que les han dado algunos sin conocer la vida de algunos, cómo han pasado de chiquito, que ataques han tenido, que problemas han tenido para vivir….” Jhony Antezana (manifestante)
“Estamos indignados de su mala atención a la persona con discapacidad ahora recién me doy cuenta que usted es un soberbio, pero le digo la enfermedad no toca la puerta, esta situación no es porque queremos, llega compañero” Rosemary Huarita, Vocera discapacitadxs, al referirse a las negaciones del gobernador Ivan Canelas de atender las demandas del sector.
La diferencia física a lo considerado como “normal”, la “anormalidad” ha despertado diversos entendimientos en las sociedades a lo largo del tiempo. Así mientras para sociedades prehispánicas estas eran entendidas como un señal de sabiduría e incluso divinidad, mientras que para la modernidad y colonialidad, fue considerado como un castigo divino, digno de ser condenado y excluido. Con el discurso cientificista y el higienismo del XIX, se terminó por condenarlos, en un siniestro juego de lo normativo biológico y la limpieza estética. Herederxs de estas mentalidades, y aun con toda la jurisprudencias antidiscriminación, derechos humanos y demás etcéteras, estos sectores continúan en la marginalidad, invisibilidad, el olvido y la exclusión.
NOTAS
[1] Tal es el caso de Efrain Rodriguez, Representante departamental de personas con discapacidad que actualmente se encuentra ocupando cargo de funcionario público, hecho que le ha ocasionado el desconocimiento de sus bases.