Frente a la intención de levantar una huelga de hambre, se ordeno “Saquen a ese terrorista de mi Palacio”
El 30 de marzo del 2004 Eustaquio Picachuri Cuñaca, minero de Siglo XX, apretó el detonador de su mano derecha y los ocho explosivos que tenía pegados a su cuerpo en la recepción del edificio anexo del Congreso Nacional.
Relocalizado por la ley 21060, víctima de la privatización minera y la decadencia de la seguridad social, sentenciado como muchxs a ser parte de la “generación sándwich”, que surgió producto de la modificación a la ley de pensiones que elevaba el número de aportes y la edad mínima de jubilación a 65 años.
Pese a haber cumplido con sus aportes para la seguridad social (que terminaron confiscados de facto), Picachuri, al igual que otras 35 mil personas perdieron el derecho a jubilarse. En un acto desesperado por revertir la injusticia irrumpió en el edificio “sólo estoy pidiendo que me devuelvan mis aportes de 15 años a la COMIBOL”
La radicalidad de su acción contrasta con las políticas de arriba aún vigentes y con el cómodo proceder actual de la mayoría de los sectores sociales.
(LA MALEZA PRODUCCIONES, CHASKI KLANDESTINX, LA BANDA BUCHERE Y LXS INTANGIBLES, SHAGGALL, LUCHI, DANY, PAUKAR Y TOMAS)